La Comisión de Personal de la Policía Foral ha exigido una investigación interna «hasta las últimas consecuencias» de lo ocurrido en el encierro del día 13 de julio, en el que se produjo un montón en el que dos jóvenes estuvieron a punto de perder la vida, aunque se han recuperado satisfactoriamente. Según indican, muchos agentes llegaron a Iruñea desde otras comisarías navarras y desconocían los protocolos sobre cómo actuar. El montón se inició al no cerrarse convenientemente la puerta por la que se retiran al callejón interno de la Plaza de Toros los policías forales, que antes de la llegada de la manada se encuentran en el exterior del coso con la misión de evitar colapsos en esa zona.