«El Departamento de Estado insta a los ciudadanos estadounidenses a aplazar sus viajes a Yemen y a los que actualmente residan en Yemen a salir inmediatamente del país», alertó ayer el Gobierno estadounidense, alegando un riesgo «extremadamente elevado» de atentados. Asimismo , ordenó «la salida de Yemen del personal gubernamental estadounidense que no sea de emergencia debido a la continua posibilidad de ataques terroristas».

Las medidas responden al endurecimiento de las alertas de seguridad por parte de EEUU, cuyo Gobierno ya ordenó el pasado viernes el cierre de dos decenas de embajadas, sobre todo en Oriente Próximo y norte de África, por posibles ataques a gran escala. Según medios estadounidenses, la decisión del cierre de las embajadas fue tomada después de que los servicios de espionaje interceptaran varios mensajes electrónicos entre el líder de la organización Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, y el de la rama de esta red en Yemen (AQPA), Nasser al Wuhayshi.

EEUU reivindica así de forma implícita a sus servicios de inteligencia, ante el descrédito por el descubrimiento de sus programas de espionaje masivo.

La orden se produce además después de que un avión no tripulado estadounidense matara al menos cuatro supuestos miembros de Al Qaeda en el centro de Yemen.

Las Fuerzas Aéreas de EEUU confirmaron la evacuación de parte de la plantilla que estaba trabajando en Saná y otros países occidentales secundaron la alarma estadounidense. Así el personal de la Embajada británica fue repatriado y la misión diplomática fue cerrada. Noruega aumentó el nivel de seguridad en sus embajadas en África y cerró al público las de Yemen y Arabia Saudí, y Países Bajos también pidió a sus ciudadanos que abandonaran Yemen. Igualmente, el Alto Comisariado para los Refugiados de la ONU reforzó sus medidas de seguridad.

El Ministerio yemení de Exteriores aseguró que ha tomado «todas las precauciones necesarias» para garantizar la seguridad de las delegaciones diplomáticas, y que aunque entiende la preocupación internacional, «la evacuación del personal de las embajadas sirve a los intereses de los extremistas».

Unas horas después del ataque del avión no tripulado estadounidense, y en la misma zona, al menos diez personas, entre ellos siete militares, murieron al ser derribado un helicóptero del Ejército yemení en la provincia de Mareb, cuando atacaba a un grupo tribal en el valle de Obeida.