Numerosos artistas vascos han tenido que fijar residencia bien en Madrid o Barcelona (incluso en Londres y otras ciudades europeas) para intentar encontrar salida a su arte, Igor Mugerza resiste en Ermua, donde nace en 1974 y desde donde traza con paciencia, imaginación y talento seres mitológicos, figuras consternadas, almas dolidas... Un universo tan propio del cómic fantástico oscuro como de las portadas de discos de corte metálico extremo, un terreno donde se encuentra muy cómodo. De hecho, la imagen de abajo pertenece a Elffor, proyecto del bizkaitarra Patxi con el que lleva trabajando muchos años y con numerosas ediciones internacionales. Numen, Suffering Down, Nakigga, Ur, Hilotz, A.D... son también parte musical de su imaginativo y notable arte. En la pagina web www.artwanted.com/art/artaburu puede verse parte de su amplia obra.

¿Cómo es su línea en el tiempo de la ilustración?

Lo primero fue el dibujo, supongo que me pareció entretenido como a casi todos los niños. En casa dibujaba mucho, influenciado por todo lo que me interesaría en ese momento, como las diferentes series de dibujos animados, la de «Érase una vez el hombre» me marcó bastante, creo, los cómics, que siempre ha habido alguno en casa, el cine, todo lo relacionado con los bárbaros y épocas antiguas a la vez que la ciencia ficción, el espacio y todo eso. Siempre quise saber dibujar y pintar en estilo real, nada de Mortadelo o Asterix, que me agradaban, pero tanto como un cómic de Conan o La Masa (Hulk), copiar dibujos nunca me interesó, me resultaba aburrido y poco estimulante, siempre preferí plasmar cosas que salían de mi mente.

Le imagino en la ikastola pintando en todo lo que tenía a su alcance, incluido el pupitre.

Así fue. En la ikastola, cuando podía, llenaba cuadernos, pupitres y libros de dibujos, diseños y extraños garabatos, una locura. Los compañeros de clase me pedían que les dibujase cosas en sus carpetas, algunas veces accedía y les hacía a bolígrafo un dibujo. Recuerdo haber hecho cosas interesantes, llegué a pillar buen callo con el boli. Al terminar mis estudios, tuve un momento de parón hasta que alguien organizó un colectivo de cómic en Ermua y ahí empecé a dibujar de nuevo, esta vez realizando diferentes historietas cortas para el fanzine que se sacó durante un tiempo. Después, al adquirir mi primer ordenador, es cuando me introduje en el mundo de la pintura digital, que es la disciplina que más uso en estos momentos, aprendiendo poco a poco y, una vez más, de forma autodidacta. Por medio de Internet contacté con un webzine musical dedicado al black metal y al metal extremo en el que se pedían dibujos para una de sus galerías, después de colgar un par de trabajos, me llegó un encargo y así, tímidamente, comencé a sumergirme en el mundo del diseño para grupos musicales.

¿Comienza el esbozo de la obra sobre el papel o va directamente al ordenador?

Cuando no es un encargo concreto en el que se requiere el viejo estilo, siempre voy directamente al ordenador, este es un gran lienzo con posibilidades infinitas y que me facilita bosquejar y plantear cómo va a ser el diseño de manera cómoda y fácil. Uso principalmente Photoshop y una tableta Wacom vieja, que me recomendó alguien hace años y que todavía funciona de maravilla, estos aparatos no cascan. La técnica es dibujar con el lápiz óptico a mano alzada, pero en vez de mirar al papel, miro a la pantalla.

¿El ordenador ha democratizado la ilustración?

Sí. Las herramientas disponibles actualmente permiten que más gente se acerque al mundo del diseño. Gracias al ordenador, yo mismo estoy metido en ello.

En obra fantástica hay ilustradores muy espectaculares, ¿tiene alguna predilección?

Hay varios artistas de esos que uno dice que difícilmente podrá superar como Kris Verwimp, un artista belga que tuvo la suerte de empezar en el inicio del metal extremo y cuya obra actualmente es sencillamente genial en mayúsculas; además contactó conmigo mediante Internet en mis comienzos, hace más de diez años, dándome ánimos. Y el nipón Toshiro Egawa, un artista digital con terribles obras en clave death metal.

De todo el proceso creativo, ¿qué segmento es el que más le divierte?

El inicio es lo más interesante, puesto que según lo que hagas, ves cómo va quedando. Después, conforme vas acabando los diferentes elementos de la obra, detallándolos y añadiendo cosas nuevas, borrándolas o modificándolas. Es cuando más te divierte. Pero todo el proceso es un trabajo laborioso.

¿El realismo es aburrido?

Para nada, para mí el realismo, representar con tus manos la realidad o la ficción, es la forma mas elevada de arte plástico. El artista que sea capaz de dibujar de manera realista, dibujará cualquier cosa y en cualquier estilo. Al revés creo que es bastante más difícil.

¿Le sugiere el 3D?

Sí, pero de momento solo para películas o cortos.