El tramo de la línea eléctrica de 400 kilovatios entre Penagos y Gueñes autorizada recientemente constituye un cúmulo de despropósitos por las irregularidades que ha cometido Red Eléctri- ca, incumpliendo las sentencias del Supremo, lo cual ha puesto de manifiesto el respeto que tienen a los tribunales y a la ecología y el medio ambiente. Finalmente se ha conseguido que se anule el trazado que invadía los Montes de Triano, biotipo de gran valor ecológico. El nuevo diseño reduce el impacto sobre el enclave minero. Pero el perjuicio va a ser importante: 18.000 árboles serán talados para hacer un pasillo de 40 metros, y serán compensados con la plantación de 36.000 ejemplares de especies autóctonas en el robledal de Trucíos. La compañía realizó las obras de tendido sin esperar el fallo del Supremo y cuando este resolvió ya había instalado las gigantescas torres de metal que ahora se declara ilegales el Ministerio de Industria.

De esto se deduce que la eléctrica realizó obras ilegalmente; por tanto, una vez más los tribunales no son capaces de hacer cumplir sus sentencias a las compañías que toman sus decisiones sin ajustarse a otra norma que no sean sus intereses económicos. Y este es el suma y sigue con que operan forzando al Gobierno a subidas escandalosas de las tarifas, aduciendo riesgo de colapso del sistema eléctrico español si no se suben. Para ello juegan con el «déficit tarifario», que constituye una ficción con una expresión muy tecnificada para que los usuarios se apiaden de las eléctricas y acepten todas las subidas que impongan, aunque la energía eléctrica española resulta un 60% más cara que la media de Europa, y para que puedan seguir abonando jugosos dividendos a su accionistas, para quienes la crisis es como el cuento de De Guindos y Soria de que serán los bancos los que soporten los costes de su recuperación y no supondrá coste alguno para el erario público. Recuerden los que creen que se puede vivir en la impunidad, la sentencia de Gabriel Celaya «la memoria es un arma cargada de futuro».