UDATE | BILBOKO ASTE NAGUSIA
La defensa de los iconos de Aste Nagusia y su espíritu ensalza un txupinazo coral
Agustín GOIKOETXEA | BILBO
Aste Nagusia está en marcha pese a los intentos del PP por enrarecer su arranque. No faltó nadie en la plaza del Arriaga y miles de voces gritaron al unísono «Txupinera aurrera» cuando la encargada de dar inicio a la fiesta apareció en la balconada del teatro vestida con la camiseta del pájaro carpintero que posee desde hace 27 años. Jone Artola, visiblemente emocionada por el respaldo popular, solo fue capaz de levantar el puño como señal de agradecimiento, consciente de que miles de voces trataban de darle ánimo en unos momentos tan especiales para ella y lo que representa.
Artola apretó los labios cuando la pregonera Iraia Iturregi, tocada con el bicornio negro y vistiendo casaca amarilla, comenzó a pronunciar una llamada a la fiesta que unió como la camiseta del club cuyos colores defiende a todos. Fue un pregón coral, porque la capitana del Athletic Club dejó claro que era la voz de un equipo.
«Eskerrik asko de corazón a todas y todos los que habéis hecho que esto sea posible. Creedme cuando digo que es tan grande como ganar un título -enfatizó la futbolista rojiblanca-, ya que no sería aventurado decir que Athletic y Aste Nagusia van de la mano en cuanto a importancia y sentimiento». La pregonera confesó que no había sido una semana fácil para ella -alejada del Botxo en una concentración pretemporada en Boltaña, al conocer que su compañera en el arranque festivo, con aquella que mostró emocionada el 6 de agosto sus uniformes en la casa consistorial, era criminalizada y perseguida. «Estoy harta de los que demuestran no entender cuál es la esencia de nuestra Aste Nagusia. ¡Basta ya! Queremos gozar de cada segundo de fiesta independientemente de razas, géneros e ideologías políticas. Queremos disfrutar de las fiestas todas juntas, como personas que somos», proclamó.
Para entonces eran muy pocos los que no habían jaleado el mensaje de Iturregi, en el que recordó «a los que en estas fiestas desgraciadamente no tienen todo de cara». «El deporte -añadió- me ha enseñado que con sacrificio, solidaridad, trabajo y mirada positiva todo es posible, o si preferís, nada es imposible... En Aste Nagusia y en nuestra vida». Antes había mencionado el carácter mágico de la semana más larga del año en Bilbo y el protagonismo que en esta edición festiva tienen las mujeres, como lo están adquiriendo en el mundo del deporte.
Abrazo de Artola e Iturregi
Sus últimas palabras fueron gritos en apoyo del Athletic y Aste Nagusia, al que siguió un ``Gora gu ta gutarrak!''. Y ahí llegó el momento clave esperado por todos, también por las numerosas cámaras apostadas en los edificios anexos. La pregonera se quitó su traje y se fundió en un emocionado abrazo con la txupinera mientras la presidenta de la Comisión Mixta de Fiestas, Itziar Urtasun, encendía el cohete que detonó en el cielo.
Marijaia apareció alegre con sus brazos en alto y el delirio se apropió del Arenal, ya que la plaza del Arriaga se había quedado pequeña para contener a las miles de personas congregadas. El calor subió unos grados mientras comenzaba el descorche de botellas de ``Agua de Bilbao'', como se conoce al cava en el Botxo, y desde unos cañones se lanzaron miles de papeles rojiblancos que se entremezclaron entre la gran pancarta que reivindicaba la amnistía y las decenas de fotografías de represaliados políticos.
Fue, por lo demás, un txupinazo limpio gracias a la labor de los comparseros, que se encargaron de decomisar harina y huevos a algunos de los concentrados, aunque el control se hizo imposible cuando las personas que aguardan el arranque festivo se fueron extendiendo por El Arenal, desde el puente hasta la iglesia de San Nicolás.
Ya en la calle, pregonera y txupinera, enfundados en sus uniformes junto a Marijaia, fueron agasajadas por las comparsas con un agurra arrantzale con el baile de la kaxarranka. Entre gritos de ``Txupinera aurrera'' y ``Señor gobernador, usted es bobo'' se procedió a la apertura de txosnas.