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Susaeta, un golazo, y Muniain anotaron para los leones

Victoria que allana el camino

Trabajada y laboriosa victoria de los rojiblancos, en un partido igualado, con escasas ocasiones, y donde los de Valverde se adelantaron por dos veces para terminar defendiendo el resultado con uñas y dientes.

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VALLADOLID  1

ATHLETIC  2

Joseba VIVANCO

Iker Muniain anotó el gol de la victoria y nos encogió el corazón en un puño a poco del final cuando dejó pasar una pelota dentro del área que casi acaba en el empate vallisoletano. Fue el fiel reflejo del partido intenso y trabajado vivido ayer en un Pucela con ambientación rojiblanca en la grada, que acabó coreando el ¡Que bote San Mamés!, con los leones saludando desde el césped y alegrando el regreso de los suyos a casa.

Ernesto Valverde nunca había ganado en su debut, dos empates y tres derrotas llevaba cosechadas. Anoche, se embolsó tres labrados puntos, una victoria meritoria, quizá injusta porque lo justo hubiese sido el reparto de medallas, pero que encarrila el nuevo proyecto zurigorri y con el mejor pie posible.

¡Athletic, Athletic! rugían los cientos de aficionados rojiblancos en Pucela con el pitido del partido y un ¡Que bote San Mamés! que quería ser premonitorio de una, curiosamente, urgente victoria bilbaina en su estreno liguero. Espoleado por ese respaldo, los de Ernesto Valverde salieron bien, metidos en el choque, con un Valladolid que le esperaba y al que presionaban en su salida de balón. Con Iraola y Balenziaga muy arriba, bien abiertos, el Athletic explotaba el juego por banda. Disparó Sola precipitado fuera en el minuto 9 y no acertó Herrera a rematar un córner ensayado poco después. Los de Txingurri, empujados por Herrera y Beñat, ejercían una enorme presión sobre la defensa vallisoletana, pero el esfuerzo visitante le iba a pasar factura.

Un disparo cruzado de Óscar y otro lejano de Ebert anunciaban el paso al dominio local al cuarto de hora. La presión rojiblanca perdía eficacia, Sola era ya un islote y el Athletic no encontraba el balón, al tiempo que Iraizoz se veía obligado a jugar en largo. La chispa se apagaba.

Muniain se ofrecía, Iraola apenas se proyectaba, Balenziaga nervioso e intermitente, Beñat buscaba la manija, Herrera se le veía descolocado, mientras en defensa, el Athletic iba a seguir dando muestra de debilidad, de falta de contundencia. Un lastre, esa percepción que se observa desde fuera, que sigue acompañándole, aunque bien es verdad que tampoco Iraizoz tuvo que exigirse en exceso.

Minutos de zozobra bilbaina, un bullicioso y participativo Muniain se convertía en blanco de los silbidos locales, una falta al borde del área malograda por Beñat y córner, el córner. Minuto 27. Saque en corto, el Athletic traza con tiralíneas, balón a Beñat y con ojo clínico asiste a Susaeta que, escorado, de cerca, remacha. Golazo. El de Igorre había arrancado la pasada temporada con gol y asistencia contra el Athletic; ayer, lo enmendó. Pero nada duró la alegría en casa de este Athletic que cada vez parece más un pupas. Apenas tres minutos después, mazazo. Empate de Ebert desde dentro del área, en una rápida jugada.

Por delante y a sufrir

Quedaron tocados los de Valverde, además de un Ekiza que tuvo que dejar su sitio a Laporte en el eje de la zaga por lesión. Quince minutos por delante que sirvieron para dejarse llevar hasta el descanso, con un Óscar De Marcos cuya movilidad arriba se echaba de menos, calentando ya en la banda. El Athletic se mostraba desdibujado.

Reanudación sin cambios, y el Athletic que vuelve a salir de vestuarios a por todas. Aprieta de inicio, Beñat cual cartero reparte balones aquí y allá, y a los cinco minutos, un centro lateral de Iraola se estrella en la madera, cae a los pies de Muniain, que no falla y la revienta a la red vallisoletana. Los ¡Iker, Iker! resuenan en Pucela. Merecido el tanto del navarro por el desgaste que venía realizando. De nuevo por delante y listo para no tropezar dos veces en la misma piedra, porque el Valladolid no se lo iba a poner fácil.

Los pucelanos tomaron la iniciativa y metieron literalmente a los leones en su jaula, con peligrosas incursiones por banda, que obligaron a los rojiblancos a desmelenarse en tareas defensivas. Llegadas visitantes que no terminaban de cuajar mientras el reloj corría. Los de Valverde, juntitos cuando la retaguardia lo exigía, esperando casi en su propio campo, no perdían, no obstante, la portería rival, tratando de hacer daño a la contra. En ese querer y no poder de uno y otro, un centro lateral de Peña se lo traga el área chica y Balenziaga, sin querer, casi introduce por centímetros el balón en su propia red. Córner y salida en falso de Iraizoz que encoje corazones. Sufría el Athletic. Sufrían sus seguidores.

Un chut lejano de Kike Sola que despejó Mariño a continuación fue una llamada de auxilio en mitad del oceáno. El Valladolid llevaba 24 años sin ganar su primer partido de Liga en casa. Un aislado disparo de Herrera desde cerca y que se estrelló en la misma cruceta estuvo a punto de sentenciarles. De ahí al final, respiración contenida, balones rondando a Iraizoz, y final del partido entre gritos alternativos de ¡Athletic! y ¡Pucela! con el meta navarro atrapando la última bala de los vallisoletanos.

Fiesta final en el Nuevo Zorrilla, alegría desatada y victoria que sabe a caviar, antes del exilio a Anoeta. Le queda trabajo a Valverde sí, pero un poquito menos. Esto pinta bien.

 

Valverde subraya el comenzar con victoria y defiende el acierto de los suyos cara a gol

Ernesto Valverde estaba satisfecho por el resultado, aunque sabedor de que hay mucho que mejorar. Y contento por el acierto cara al gol. «Lo vemos desde el prisma del ganador y se nos queda buen sabor de boca, hemos sufrido mucho, con un partido muy cerrado, sin demasiadas ocasiones y según avanzaba el juego los jugadores estaban más cansados, estirar la presión nos costaba, y nos queda ese buen sabor de boca porque hemos ganado, y empezar bien es importante». Sobre esa puntería, Txingurri reconoció que «la verdad es que venimos en los partidos haciendo ocasiones y poco acierto de cara a convertir y hoy en cambio, no ha habido demasiadas, y hemos hecho dos, el primero precioso. Tenemos jugadores arriba con calidad suficente como para convertir esas ocasiones».

Sobre el encuentro, el técnico explicó que «me ha gustado más la segunda parte, porque en la primera nos ha faltado convencimiento en tirar la presión. Ellos nos salían en balones largos, nos superaban la presión, nos jugaban a la espalda de los centrales y nos creaban incertidumbre. No estábamos bien, nuestro juego era lento hacia arriba. En el seguno nos hemos hecho con el juego y hemos dominado 20 minutos, aunque al final ellos tenían que tener un arreón final. Hemos conseguido aguantar el resultado».

En cualquier caso, el gasteiztarra reconoció al final que «nosotros analizaremos nuestros problemas y aun sabiendo que hemos conseguido un buen resultado, tenemos que mejorar mucho todavía». A partir de ahí, Valverde alabó los minutos de Laporte y sobre Iraizoz explicó que fue «decisión pensada hasta última hora, porque Iago estaba actuando bien, pero Gorka es el de más experiencias para estos partidos. Pero esto no es definitivo».

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