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análisis | políticas anti-crisis

Reformas estructurales en investigación y formación

Los autores advierten de que el sistema productivo vasco va «a la deriva» por culpa de un insuficiente equipamiento tecnológico y de un entorno institucional «impropio de un país europeo avanzado», por lo que consideran urgente acometer reformas estructurales en los ámbitos de la formación y la investigación. Tras los éxitos de las políticas desarrolladas en los años 80 y 90 para la reconversión y el relanzamiento industrial, llevamos quince años con políticas económicas de resultados escasos y discutibles.

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Ekai Center

Repetidamente hemos incidido desde Ekai Center en la urgencia de una reorientación de la política económica vasca hacia un posicionamiento más activo, menos centrado en las políticas presupuestarias y más en la formación y el desarrollo tecnológico.

Sin embargo, en los contactos con líderes políticos, hemos percibido que este posicionamiento de Ekai Center no siempre ha sido bien entendido. Esto debemos deducir cuando se hace referencia a que, dadas las dificultades actuales del ajuste presupuestario, no es el momento de centrar la política económica en formación e innovación y que debería quizás esperarse a la superación de la situación actual.

Desde luego, no compartimos este criterio. Por un lado, porque la urgencia de la reactivación de las políticas impulsoras de la formación y el equipamiento tecnológico no permite retrasarlas ni un minuto más.

En efecto, tras los éxitos de las políticas desarrolladas en los años 80 y 90 para la reconversión y el relanzamiento industrial del País Vasco, llevamos quince años con políticas económicas de resultados escasos y discutibles. En los años 80 y 90 conseguimos el objetivo de salvar y regenerar el tejido industrial. Pero -digámoslo claramente- durante los últimos quince años hemos fracasado en el objetivo básico de elevar la capacidad tecnológica de nuestro tejido productivo. Abordar ahora este reto es ya demasiado tarde. Pero más vale tarde que nunca.

La importancia y la urgencia de abordar este reto es de tal dimensión que -en nuestra opinión- debería haberse incluido por nuestros responsables políticos en esa «línea roja» presupuestaria que establecieron con respecto al gasto social. El nivel mínimo de gasto que no debía tocarse era, en todo caso, el gasto social más el gasto necesario para el despegue tecnológico de nuestro tejido productivo. No haberlo hecho así es -también en nuestra opinión- un lamentable error que debería subsanarse cuanto antes.

Por otro lado, es fundamental tener en cuenta que el reto tecnológico-formativo del País Vasco exige, ciertamente, un mayor esfuerzo presupuestario de las instituciones públicas. Pero, este esfuerzo presupuestario no es lo más importante. Mayor trascendencia tienen, sin duda, las reformas estructurales que Euskadi debe abordar cuanto antes en los ámbitos de la investigación y la formación.

Las reformas estructurales que este país precisa para impulsar la formación y la investigación afectan a distintos ámbitos institucionales, públicos y privados. Y, fundamentalmente, a las políticas de financiación de la investigación tecnológica, la red de centros tecnológicos, la universidad y la formación profesional.

El conjunto del sistema educativo y del sistema de innovación precisan reformas de fondo, que deberían abordarse cuanto antes. No obstante, si debemos establecer prioridades, éstas deben centrarse en los ámbitos más cercanos al equipamiento tecnológico del sistema productivo y, en concreto: la financiación de la investigación tecnológica; la investigación tecnológica en la Universidad; la formación profesional.

Estos tres ámbitos precisan reformas estructurales inmediatas. Las actuales dificultades de ajuste presupuestario pueden ser un pretexto -que no compartimos- para no abordar nuevos esfuerzos presupuestarios de impulso de la formación y el equipamiento tecnológico, pero en ningún caso lo son para evitar el esfuerzo de análisis y gestión previos imprescindibles para hacer posibles estas reformas estructurales.

Estimamos que, antes de iniciar los procesos de reforma, sería necesario un proceso previo de análisis interno en los departamentos correspondientes por un período que puede calcularse entre seis meses y un año, dependiendo de la metodología utilizada. Sin embargo, nada hace pensar en este momento que este esfuerzo se esté realizando.

Euskadi mantiene su potencial económico asentado sobre un tejido de pequeñas y medianas empresas dinámico y eficiente, basado en la capacidad de trabajo y el buen hacer de nuestros trabajadores y nuestros empresarios. Pero con un claro problema estructural que no es otro sino el insuficiente equipamiento tecnológico y en un entorno institucional impropio de un país europeo avanzado y que mantiene a nuestras empresas atadas de pies y manos en su esfuerzo competitivo.

Es esta situación la que nos ha llevado a calificar a la economía vasca como un sistema productivo «a la deriva». Nuestras instituciones no están a la altura de lo que nuestro tejido económico necesita. Formación y tecnología son nuestros dos grandes problemas y hacer frente a los mismos es imprescindible. Cada vez nos queda menos tiempo para ello.

Necesitamos recursos presupuestarios y reformas estructurales. Si no estamos dispuestos a más esfuerzos en el gasto público en este momento, al menos dediquemos tiempo y esfuerzo de gestión a abordar las reformas estructurales de la formación y la investigación tecnológica. Desde Ekai Center aportaremos todo lo que esté en nuestra mano al respecto.

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