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Diferentes vértices de una angustia colectiva y una única solución: «activar la lucha por los derechos»

Representantes de distintos colectivos que se ven perjudicados por el actual modelo político, social y económico han expuesto sus casos ante los medios. Abogan por «la unidad y la lucha» para darle la vuelta a una situación «terrible». Como siguiente paso, llaman a la ciudadanía a participar en la manifestación del viernes en Bilbo convocada por EH Bildu para activar el compromiso en defensa de los derechos colectivos.

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Mikel PASTOR

A primera vista, poco tienen en común los protagonistas de la foto que ilustra este reportaje. Edades, procedencias, intereses y situaciones personales diferentes. Pero hay nexos de unión que superan cualquier diferencia: ser víctima, directa o indirecta, de las injusticias generadas por el sistema capitalista, y la defensa de los derechos que se han perdido en ese camino, ya sean estos laborales, políticos, civiles o simplemente festivos.

Maribi Luque y Esther Sola trabajaban en Modas Mariluz hasta que el responsable de la empresa decidió presentar un ERE de extinción de contrato. Destacan que, a pesar de «estar completamente forrado», el empresario decidía despedir a las siete trabajadoras, que llevaban 37 años en ese puesto. «No estábamos acostumbradas a salir a la calle y pelear, pegar carteles y estar en diferentes movilizaciones, pero nos dimos cuenta de que la unidad y la lucha son la única solución y la única vía para recuperar nuestros derechos», explican ambas ante la mirada de aprobación de los demás asistentes.

El caso de Incoesa es tal vez más conocido, aunque no menos dramático. Los trabajadores de esta empresa ubicada en la localidad de Bedia llevan más de tres meses acampados frente a la fábrica para evitar la deslocalización. «Se quieren llevar la fábrica a Cáceres, el lugar del Estado español con menos derechos laborales, ofreciéndonos seguir en la empresa pero bajándonos un 40% el sueldo, algo absolutamente inaceptable», comentan ante los micrófonos Juan Jesús Sánchez e Iñigo Rekagorri.

Responder «como pueblo»

A su lado se encuentran Sabin del Bado y Karlos Renedo, encausados en procesos como el 35/02 o el macrosumario contra la juventud independentista, cuyas vistas comenzarán en octubre. Ambos refrendan que estos juicios políticos «no son los primeros de este tipo, ni serán los últimos» y recuerdan que hay decenas de encausados «por el mero hecho de haber realizado una labor política». Para superar esta situación, apuestan por un cambio de modelo, de sistema, empezando por «hacer frente a estos atropellos jurídicos como país, como pueblo, porque es un ataque contra Euskal Herria, no solo contra nosotros». «Tenemos que pensar en el futuro, en la realidad que queremos dejar a las siguientes generaciones», manifiestan.

En último lugar intervienen dos comparseras que conocen de primera mano el modelo popular y participativo de Aste Nagusia. Se trata de Patricia Lezama, de Mekauen!, y de Ane Muguruza, de Kaskagorri, una de las comparsas más perseguidas por los tribunales y por el propio Consistorio bilbaino. «Los ataques contra el modelo festivo han sido constantes: prohibiciones, trabas, alejamiento de las zonas festivas, falta de ayudas... Está claro que el modelo popular les molesta y quieren acabar con él», resume Muguruza.

Lezama, que fue txupinera en las fiestas de 2011, se refiere al penúltimo ataque, el veto político y judicial a la representante de Txori Barrote, Jone Artola. «Está claro que quien no traga con su modelo, con su sistema, sobra y hay que perseguirlo, como ha ocurrido con Jone», indica.

Todos ellos concluyeron señalando que la lucha «es hoy más necesaria que nunca» y animando a tomar parte en la manifestación que este viernes arrancará a las 12.00 desde la plaza Moyua (Elíptica).

 

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