Esta tarde la Quincena Musical tiene su segunda cita con la música contemporánea en las Salas Polivalentes del Kursaal. Se trata de un recital protagonizado por el Ensemble Kuraia, conjunto bilbaino que está alcanzando gran prestigio y que en los últimos meses ha sido invitado a actuar en países como Alemania, Estado francés, México o Perú. Su historia se remonta a los años noventa, con la llegada de una compositora argentina a Bilbo. «Yo me instalé en Bilbao en 1993, tras haber vivido primero en Rosario y después en Buenos Aires y Milán», recuerda María Eugenia Luc, fundadora y directora artística del grupo. «Cuando llegué aquí me dejó perpleja que Bilbao fuera un páramo para la música contemporánea. Kuraia surgió en 1997, de la preocupación común de un grupo de músicos por cambiar esa situación».

«Empezamos a interpretar obras de compositores de Bilbao», explica Andrea Cazzaniga, director del Kuraia, «pero con el paso de los años nuestra actividad fue aumentando y tuvimos que plantearnos un grupo estable o sería imposible crear un buen discurso camerístico. Buscamos en nuestro entorno hasta dar con la formación que tenemos actualmente, formada por flauta, clarinete, piano, cuerdas y percusión. El grupo es un instrumento para los compositores vascos, pero nos abrimos también al repertorio de otros autores españoles e iberoamericanos, además de a las grandes obras del siglo XX».

Para su debut en la Quincena Musical el Kuraia ha escogido un ambicioso programa en el que destaca el estreno absoluto de «Zaldun urdina» de Peio Çabalette, inspirado en la pintura de Kandinsky «Der blaue Reiter» y que, según Cazzaniga, «evoca los colores suaves y azulados del cuadro, con un lenguaje armónico que sugiere la atmósfera de un nocturno». Junto al estreno de Çabalette se podrá escuchar «Tria ex uno» del austriaco Georg-Friedrich Haas, construida sobre el «Agnus Dei» de la «Missa L'homme armé» del compositor medieval Josquin des Prez. Y tres obras más que Kuraia conoce bien: «Seven» de John Cage, «Danzas privadas» de Mikel Chamizo y el «Octeto» de Octavio López, estas dos últimas escritas expresamente para el conjunto bilbaino.