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UDATE | BILBOKO ASTE NAGUSIA

Marijaia lleva a acróbatas y payasos para hacer sonreír a los txikis enfermos

Marijaia no se olvida de los txikis ingresados en el hospital de Basurto, a donde se desplazó ayer con la troupe del Gran Circo Mundial. Payasos y acróbatas lograron arrancar más de una sonrisa a una parroquia entregada a un espectáculo lleno de magia.

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Agustín GOIKOETXEA

Marijaia no faltó a la cita anual con los niños y niñas ingresadas en el pabellón San Pelayo, algunos de los cuales pudieron abandonar una hora su habitación para seguir a pie de lona el espectáculo que ofrecieron una parte de los componentes del Gran Circo Mundial.

Antes de que la txupinera lanzase el pertinente cohete inaugural, los txistularis de Irrintzi y la trikitrixa de Bizkaitarrak, con el incombustible Manu Legina al frente, habían caldeado el ambiente entre pacientes, personal sanitario y visitantes. Lo más preciado fue, por este orden, buscar en el pequeño jardín una sombra para resguardarse de los intensos rayos de sol y luego, fotografiarse con los tres iconos festivos presentes en Basurto. En esta ocasión, Jone Artola y la pregonera fueron las más solicitadas, aunque Marijaia también tiene muchos adeptos. Todas ellas lo que trataron fue de transmitir ánimo a los enfermos en unos días en los que no todos pueden imbuirse en la fiesta, pero a los que se trató de acercársela.

Como viene sucediendo a lo largo de Aste Nagusia, a la cita no acudieron los ediles del PNV –tampoco los del PP y PSE– al estar en el acto promovido por las comparsas la txupinera. Sí estuvo Helena Gartzia, de Bildu. Jone Artola, al igual que Iraia Iturregi, confesaron que la semana se les está haciendo corta, «en comparación al infierno de la pasada –en alusión al veto judicial impulsado por Carlos Urquijo y la polémica mediática que lo rodeó– y no nos importaría seguir algún día más. Estamos preparadas y la gente no para de demostrarnos que nos quiere».

El espectáculo circense comenzó con las acrobacias de los ocho integrantes de Los Tonitos, que dejaron con sus triples saltos mortales con la boca abierta a los presentes, arrancando los primeros aplausos, los mismos que cosechó una pequeña, Ixone, que hizo sus pinitos en el trampolín con traspiés incluido. Le tomó el relevo el malabarista rockero Marco Lorador, que hizo las delicias del público con las mazas antes de sacar a otro voluntario, Unax, que hizo sus pinitos con tres bolas. Se le caían y el presentador le aclaró que ese oficio comienza con la máxima de «agáchate y vuélvete a agachar».

A partir de ahí, un clásico como el payaso Chicharrín y sus muñecos, que cobran vida en sus manos, seguido de los números cómicos del clown Paco Goti, junto a Fumagalli&Daris, y el Super Clown Carletto, que hicieron más amena la mañana antes de comer para los txikis ingresados en el centenario centro hospitalario.

El número especial corrió a cargo de los equilibristas Alexis Duo. Los txikis echaron en falta a animales y otros artistas, aunque el jefe de pista les tuvo que aclarar que aquel no era el espacio más adecuado para que estuviera uno de los tigres blancos gigantes o los elefantes, cuyos movimientos se pueden ver bajo la carpa instalada en el parque de Etxebarria, o desplegaran su arte los Marinov, unos funambulistas que realizan sus ejercicios a doce metros de altura sin red ni lona.

Algunos de ellos sí estuvieron en Basurto, saliendo en la despedida del intenso espectáculo y anunciando su regreso el próximo año. Como hacen en cada función, los artistas entonaron la canción ‘‘El circo es la razón de nuestra vida’’.

Acto seguido, txupinera y pregonera, acompañadas de comparseros, procedieron a la entrega de un obsequió a las niñas y niños que pudieron salir del pabellón de Pediatría para seguir las evoluciones de los artistas; otros tuvieron que conformarse con oírlo o verlo por la ventana.
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