Zamakona bota el Ocean Osprey con la polémica del tax-lease en el aire
El conflicto surgido en torno a la devolución de las ayudas al sector naval se coló inevitablemente en la botadura del buque Ocean Osprey que se celebró ayer en Pasaia. Se trata del primero de los tres buques contratados por el armador noruego Atlantic Offshore con Astilleros Zamakona, aunque ello no elimina la incertidumbre que se cierne sobre el sector debido al recelo de los inversores. Representantes institucionales y navieros urgen a garantizar su futuro.
Iraia OIARZABAL |
Son tiempos difíciles para la industria naval vasca debido a la decisión de Bruselas de pedir la devolución de las ayudas fiscales ilegales, denominadas como tax-lease, pero el de ayer fue un día de celebración en el astillero Zamakona de Pasaia. Con motivo de la botadura del buque Ocean Osprey, representantes del sector, del Gobierno de Lakua, de la Diputación de Gipuzkoa y del armador noruego Atlantic Offshore, propietario del buque, se dieron cita en el puerto guipuzcoano, donde la necesidad de garantizar el futuro del sector centró los mensajes de los presentes.
Y es que a la espera de que el Gobierno español decida el próximo mes si recurre la decisión de Bruselas sobre la devolución de las ayudas tax-lease entre 2007 y 2011, que en el caso de los astilleros vascos asciende a unos 1.000 millones de euros, la incertidumbre que este asunto ha generado preocupa, y mucho, al sector.
Aunque la devolución afecta a los inversores y no a los astilleros, el castigo salpica también a estos últimos, que ven cómo los armadores pierden la confianza en la viabilidad del sector. El director de Zamakona en Pasaia, Jesús Villacañas, reconoció ayer que «las cosas no están claras», motivo por el que los armadores preguntan continuamente por la situación del sector. Apuntó que se trata de «un problema de confianza» que está llevando a perder oportunidades de negocio.
«Tareas» del Gobierno español
Ante esta situación de incertidumbre que pone en tela de juicio el futuro de un sector clave para la economía vasca, la consejera de Competitividad del Gobierno de Gasteiz, Arantza Tapia, se mostró tajante a la hora de exigir al Ejecutivo español que, en lugar de «judicializar» el conflicto, «haga sus tareas» y determine quiénes son los inversores que tienen que devolver las ayudas, cuáles son las operaciones que están implicadas y cuál es la cantidad que tienen que devolver. Asimismo, reclamó al Ministerio de Hacienda que el dinero recaudado de esas devoluciones lo revierta luego en el sector naval.
Lakua ya se manifestó en contra de recurrir la sentencia de la Comisión Europea, ya que supone alagar el conflicto. En lugar de ello, Tapia abogó dar «estabilidad jurídica» a un sector «preparado» y buscar vías para fomentar la innovación y abrirse a nuevos mercados. En esta línea, destacó que ya está en marcha el nuevo instrumento financiero y que, incluso, existen dos contratos firmados con este nuevo sistema.
Por su parte, el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, destacó la importancia de que el sector naval siga vivo y generando empleo, especialmente en Pasaia, donde abogó por impulsar el futuro y la actividad de su puerto.
Tapia lamentó que en los dos últimos años de incertidumbre en torno al tax-lease ha habido 35 barcos que no se han construido en los astilleros vascos y «se han ido al sudeste asiático, a países de bajo coste. Eso ha supuesto una pérdida terrible para nuestro sector», remarcó.
Con más expectación de lo habitual, el astillero Zamakona Yards de Pasaia realizó ayer la botadura del buque Ocean Osprey, el primero de los tres firmados con la armadora noruega Atlantic Offshore A.S. La madrina del Ocean Osprey, Mary Bryce, fue la encargada de bautizar el buque arrojando una botella de txakoli.
La botadura es el momento más «crítico» o «importante» en la vida de un barco, según manifestó ayer el director de Zamakona Pasaia, Jesús Villacañas. Superada la prueba, el Ocean Osprey, cuyo precio asciende a unos 25 millones de euros, se destinará a proporcionar atención inmediata a las situaciones de emergencia en plataformas petrolíferas. El buque, preparado para las condiciones climatológicas del Mar del Norte, incorpora las últimas tecnologías incluyendo sistemas para realizar operaciones de remolque con una capacidad de tiro de 35 toneladas. Con una eslora de 66,80 metros y una manga de 16 metros, tiene capacidad para rescatar a 300 personas. El buque comenzará a operar para la compañía Shell, en la zona escocesa del Mar del Norte, a principios de 2014. Los otros dos buques contratados, que al igual que el Ocean Osprey permiten asegurar carga de trabajo para unas 200 o 300 personas durante un año, se entregarán entre 2014 y 2015 y tendrán como destino Noruega y Escocia. I.O.