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«El último concierto» presenta a un inspiradísimo cuarteto de cuerda

M. I. | DONOSTIA

¿Quién no pagaría por ver un recital del cuarteto de cuerda The Fuge, sabiendo que está formado por Christopher Walken al violonchelo, Katherine Keener con la viola, Mark Ivanir como primer violín y Philip Seymour Hoffman de segundo?.

Lo que la película titulada en su versión original “A Late Quartet” describe son las relaciones internas de un cuarteto tras 25 años ensayando, tocando y conviviendo juntos. Por lo tanto, se les hace muy complicado separar lo profesional de lo personal.
Las películas melómanas suelen resucitar a los autores clásicos, pero rara vez tratan de los problemas de quienes los interpretan en la actualidad, algo que Yaron Zilberman, hace con sensibilidad y conocimiento.

La pieza que The Fuge debe tocar en el concierto de aniversario y despedida, ya que su violonchelista y alma mater empieza a sentir los síntomas del Parkinson, es “Opus 131 en Do sostenido menor” de Beethoven. La obra sirve de metáfora existencial, dado que fue compuesta por un músico que sentía cerca su final. De ahí que haya que tocarla sin pausas durante sus cuarenta minutos, lo que no permite afinar los instrumentos sobre la marcha.