Después de mucho especular, Jon Kortaberria forma parte de Gipuzkoa Basket, para el que jugará la campaña 2013/14. El jugador donostiarra, que dejó su ciudad a los 14 años para iniciar un tour de 17 años que lo llevó de Bilbo hasta Fuenlabrada pasando por mil y una etapas, llega a su casa como un hombre hecho y derecho.

«Después de muchas vueltas, que me fui con 14 y tengo 31, volver a casa es un lujo», afirmó. «Jugar en casa, en un equipo ACB, es algo que llevo buscando varios años y estoy muy contento. Es un premio pero no solo para mí, sino también para la familia, los amigos... todos los que me han apoyado», añadió.

Jon Kortaberria siempre fue un elemento deseado por los rectores de Gipuzkoa Basket, que después de varios intentos infructuosos han conseguido hacerse con un jugador entregado por sus equipos, polivalente en ataque y buen defensor, fruto de un largo proceso de maduración. «Las experiencias que la vida a base de vivir fuera te hacen madurar, y tampoco las cambiaría porque me han dado mi forma de ser», recalcaba el alero donostiarra.

Por encima de la ilusión, Kortaberria también reconocía que se halla ante «un reto muy complicado. Tal vez al jugador de casa se le exija un poco más. Me he hecho a esa idea desde el momento en que acepté venir aquí, y también me tocará apoyar un poco a los de casa».

Ante todo, el flamante fichaje de Gipuzkoa Basket explicaba que, para llegar hasta aquí, ha requerido de paciencia.

«Hay que ser paciente. Las cosas al principio pintan bien pero luego se tuercen o toman otra trayectoria. Pero hay que saber que las cosas no siempre salen a la primera», dijo.

Respecto a lo que le va a pedir Sito Alonso, Kortaberria reconoció que «ha hablado conmigo para darme la bienvenida y decirme que ya hablaremos tranquilamente más adelante». El alero reconocía que aún no conoce a todo el plantel, pero se adelantó a afirmar que no se ve en un principio como referente del conjunto. «Lo que sí haré es lo que me pida Sito y ayudar a los nuevos jugadores que no conocen la Liga. Sé lo que puedo dar; lo bueno y lo malo. Espero que lo bueno se vea más e intentaré esconder lo malo». En ese sentido, reconoció que su asignatura pendiente a día de hoy está en el ataque.