Laudio y Sariñena levantan esta tarde en Ellakuri el telón de la competición oficial para el Grupo II de Segunda B. Una frase típica de crónica de previa, en absoluto destacable, y que, sin embargo, encierra la clave principal de la temporada que está a punto de empezar: la de la novedad. Porque la categoría de bronce arranca repleta de ellas y las consiguientes incógnitas para los nueve equipos vascos.

Tres clubes menos que el curso pasado. Y ahí precisamente empiezan a contarse algunos de los cambios más significativos. Porque el grupo ha perdido a quienes han sido sus grandes referencias -pensando en la parte alta de la clasificación- en los últimos años. Cuatro temporadas habían estado peleando por el ascenso Alavés y Eibar hasta que pudieron celebrarlo el pasado mes de junio. No es menos llamativa, aunque por motivos diametralmente opuestos, la ausencia de Osasuna Promesas que, tras un cuarto de siglo en la categoría, cayó al pozo de Tercera, al que le acompañó el Izarra. De los candidatos a ocupar su lugar, solo lo consiguió el Laudio, que puso el broche de oro a una campaña excelente con un play-off triunfal y, por primera vez en toda su historia, competirá en la categoría de bronce.

La otra gran novedad, y en principio de consecuencias bastante más negativas, llega de la mano de la Federación Española y la reordenación de grupos que ha realizado -apenas dos semanas antes de comenzar la Liga-. Los nueve equipos vascos se las verán esta vez con seis conjuntos madrileños (Atlético de Madrid B, Real Madrid C, Getafe B, Fuenlabrada, Puerta Bonita y Leganés), dos oscenses (Huesca y Sariñena), dos manchegos (Toledo, Conquense) y un canario (Las Palmas B). Al margen de las dificultades deportivas, que son toda una incógnita -aunque el hecho de que dos de los clasificados del grupo para el play-off el curso pasado ascendiesen y los otros dos disputaran dos rondas dicen bastante del nivel al que se compitió la pasada temporada-, las económicas son evidentes. La Federación Española se hace cargo del desplazamiento a Canarias, pero el resto, que en algunos casos no solo multiplicarán los kilómetros, sino que además requerirán tirar de hotel, sale de las arcas de los clubes, que en líneas generales no están para demasiados dispendios.

Reeditar alegrías

Habrá que esperar algunas jornadas para comprobar cuál es la exigencia del nuevo grupo y augurar cuáles pueden ser los candidatos a los puestos de honor y de horror pero, teniendo en cuenta lo sucedido la campaña pasada, habrá que situar a Bilbao Athletic y Barakaldo entre los equipos llamados a pelear por el play-off. Incluso variando el orden, porque los gualdinegros parecen afrontar la Liga con una versión mejorada del equipo que tantas alegrías dio en la temporada de su regreso y que, de hecho, se quedó fuera de la cuarta plaza en la última jornada. De nuevo con Iñaki Zurimendi en el banquillo, el club vizcaino ha apostado por la continuidad salpicada de refuerzos de lujo. Sobre todo en la delantera, donde a Orbegozo y Arriaga se les han unido Mikel Dañobeitia y, cedido por el Athletic tras un año para olvidar, Jon Etxaniz. Algo más ha variado su exequipo, un Bilbao Athletic que ha perdido cierto potencial y, sobre todo, experiencia, tras licenciar a algunos de sus jugadores más veteranos, a lo que hay que añadir el ascenso de Erik Morán o Enric Saborit. La mano de José Ángel Ziganda en su tercer año en el banquillo, y la calidad inherente a los filiales, permiten confiar que el cambio no sea forzosamente traumático.

Claro que los cambios no son exclusivos de la escuadra rojiblanca. En otros equipos han sido aún más radicales -empezando por el banquillo, en el que solo se mantienen Zurimendi, Ziganda y el técnico del Laudio Ramón Castelo- y en algunos resulta especialmente llamativo, considerando que la revolución llega precedida de buenas campañas. Es, indudablemente, el caso del Amorebieta. Tras alcanzar el play-off en su debut en la categoría y estar cerquita de repetir la gesta un año después, el verano ha supuesto un punto y aparte para los azules. Iñaki Leniz ha llegado del Bermeo para tomar el relevo de Axier Intxaurraga y renovar una plantilla en la que se pueden contar con los dedos de una mano los futbolistas que continúan del año pasado.

Reeditar alegrías

Muchísimas son también las novedades en el Real Unión que, pese a tener que apretarse aún más el cinturón, ha sabido formar una plantilla aún corta -apenas 16 futbolistas en este momento- pero aparentemente de garantías, en la que se ha valorado la experiencia en la categoría y ha experimentado una suerte de «operación retorno», con la llegada de históricos blanquinegros como Eneko Romo o Iñaki Goikoetxea. Al frente debuta en el banquillo Sergio Francisco.

Justo por delante de los guipuzcoanos acabó la temporada pasada, la de su regreso a la categoría, un Tudelano que también ha tenido que buscar entrenador -Txema Lumbreras acompaña a Jagoba Arrasate en el banquillo de la Real- en la figura de Iñaki Sádaba, pero que en la plantilla ha apostado claramente por la continuidad de unos jugadores que lo hicieron francamente bien, hasta alcanzar la mejor clasificación del equipo navarro en Segunda B, lo que además le permitirá disputar la Copa este año.

Algo parecido sucede en el Sanse, donde Asier Santana ha tomado el relevo de Meho Kodro al frente del equipo, pero la plantilla sufre menos cambios que en campañas precedentes. Casi todos los futbolistas han tenido ya minutos en Segunda B, muchos en bastantes casos, lo que permite confiar en que, sin el hándicap de la inexperiencia, el filial txuriurdin pueda, como mínimo, sufrir menos que en los dos últimos años.

No se puede hablar precisamente de continuidad en el caso del River. Prácticamente una veintena de jugadores, empezando por el capitán Ibon Larrazabal -que colgó las botas, y se le podrían unir todavía Ibai Salvador y Silas, lo que dejaría a Hernáez como único superviviente- ha dejado el equipo irreconocible. Ángel Viadero, con larga experiencia en la categoría, tratará de hacer buena la revolución. Más de media plantilla ha renovado también la Peña Sport, obligada a hacer aún más equilibrios presupuestarios y que ha tenido que realizar un especial esfuerzo para restañar sus posiciones más ofensivas. Iñaki Sádaba llega del Murchante para sustituir a Sergio Amatriain y tratar de repetir el éxito de la permanencia.

A lo mismo aspira el debutante Laudio, que al reforzar el bloque del ascenso ha optado por la experiencia. Sobre todo arriba, donde contará con Joseba del Olmo, Mikel Muniozguren y Ander Lambarri.