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El entorno más cercano a Bo Xilai le abandona a su suerte

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El segundo día del juicio contra el exdirigente chino Bo Xilai por soborno y corrupción, entre otros cargos, confirmó que su caída en desgracia ante la cúpula del poder le ha dejado solo incluso ante su entorno más próximo, que no dudó en atacar su línea de defensa testificando en contra de él sin miramientos. «Está loca y miente», bramó el exsecretario general del PCCh en la metrópoli de Chongqing después de que se escuchara en la sala de vistas el testimonio incriminatorio de su compañera, Gu Kalai.

Ella misma miembro del círculo de «príncipes rojos», como su marido, asumió el papel de una Lady MacBeth china al asegurar que informó a su marido de todo el dinero que tanto ella como su hijo recibieron de magnates chinos.

Gu está condenada a muerte, conmutable a cadena perpetua en un plazo de dos años en caso de buen comportamiento por la muerte por envenenamiento de un «empresario» británico, Neil Heywood, con el que la familia negoció tratos. Otro empresario, esta vez francés, Patrick Devillers, reforzó la acusación de Gu al concretar la compra por esta última de un chalet en Cannes.

Hasta el antiguo número dos de Bo, Wang Lijun, condenado también a 15 años de cárcel, testificó contra su mentor.

Este último, presentado como un ambicioso político neomaoísta, mantuvo su tono combativo en un intento de preservar lo único que le queda, su imagen.

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