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PRIMER DERBI DE LA LIGA, EN ANOETA

Los leones duermen líderes

El «exilio» en Anoeta, a pesar del arrope multitudinario de sus aficionados, no resultó nada sencillo para los leones. Un Osasuna muy atrevido, osado, le plantó cara y de qué manera. Los de Valverde nunca o casi nunca se sintieron cómodos, ni encontraron su juego, a pesar de contar con ocasiones, más y más claras que los navarros. Un gol en cada parte, fraguados sobre todo en que Osasuna descuidaba su defensa, sirvió para volver a tirar de pragmatismo. Por ahora.

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OSASUNA

0

ATHLETIC

2

Joseba VIVANCO

Un proverbio griego dice que la soledad es el fardo más pesado del exiliado. Suerte que lo más parecido a un griego que tuvo el Athletic fue el perfil de Miguel de Andrés. Las 20.000 almas rojiblancas que arroparon a los suyos en Anoeta pusieron su granito de arena para que los rojiblancos duerman, al menos esta noche, líderes, cosa que no sucedía desde no hace tanto, la campaña 2009-10, en la tercera jornada. Triunfo parido, más de lo previsto, apuntalado en que tuvieron más acierto que un Osasuna mucho más que digno. Un resultado engañoso que deberá hacer meditar muy mucho a Valverde de cara a su visita al Bernabéu. Respiraron los leones a falta de un cuarto de hora con el segundo de De Marcos, porque hasta entonces aguantaron la respiración. Tuvieron ocasiones, cierta pegada, pero muy poco juego. Y eso no dura siempre.

Le costó al Athletic darse cuenta de que jugaba en `casa' justo hasta que a la conexión Iraola-Susaeta por banda derecha se le encendió el interruptor. El reloj marcaba media hora de partido, con un Osasuna que sorprendió seguramente a Valverde y a los suyos, pero no a Mendilibar, que quiere que ese sea el nuevo estilo de los navarros. Media hora de desconcierto rojiblanco, nada que ver con la media primera hora de Valladolid, que solucionó un enorme Susaeta, cuyo pase Armenteros lo introduce en su propia portería. Probablemente no hacía justicia al juego, aunque por ocasiones, lo cierto es que se las repartían a partes iguales.

La tuvo un nada inspirado Aduriz al minuto de juego, que plantado ante Andrés, solo acertó a enviarla al palo. Mendilibar se ponía de pie. Anoeta celebraba el casi... La réplica la dio un disparo cruzado de Sisi que se paseó entre la línea de meta y el debutante Herrerín. Osasuna se metía de lleno en el choque, jugaba, tocaba, mientras los Beñat y compañía hacían el rodaje al cuentakilómetros pero con el `tom-tom' fuera de cobertura.

A los diez minutos, el dominio navarro y la empanada vizcaina estaba a punto de dar su fruto con un casi gol olímpico de Joan Oriol que Herrerín sacó de la misma línea. Osasuna mandaba, el Athletic corría detrás del balón. Ni presión, ni anticipación. Nada. Media hora tardaron los leones en enseñar tímidamente sus garras, quizá porque Osasuna y su actitud ofensiva le hacía desprotegerse la retaguardia. Balón que llega a un Aduriz lidiando con el fuera de juego, se planta ante Andrés, Susaeta en el otro lado, ni le mira, dribla al guardameta y escorado no puede evitar que su chut lo repela un defensor. Chupón. El eibartarra se echaba las manos a la cabeza. Dos minutos después, es Susaeta el que gana posición escorado dentro del área, observa al ariete que entra, le cede y es Armenteros el que hace su segundo gol en propia meta en 70 partidos. Rugía Anoeta. Dos minutos después, el propio central navarro casi vuelve a perforar su propia meta. Hubiera sido demasiado. «¡Que bote, que bote San Mamés! atronaba el estadio donostiarra. «¡Iker, Iker, Iker!, saludaba la grada un balón bien defendido por un estajanovista Muniain. Los de Valverde se metían en el choque. El balsámico gol había espoleado la velocidad de Susa, la sinergia entre Beñat y Herrera. Los rojiblancos llegaban rehechos al descanso.

Salió Osasuna con la consigna clara del vestuario. A por la portería de Herrerín, volcado por la banda del también debutante Saborit, que tuvo su mejor aliado defensivo durante el partido en Muniain. Los de `Mendi' se volcaban pero destapaban los pies. A los cinco minutos, buena jugada de los leones que cuando cogen velocidad de juego desarbolan, y el pase atrás de un omnipotente Susaeta lo cruza en exceso Herrera.

Los bilbainos comenzaron a gozar de pelota, a arrebatársela a Osasuna, robando protagonismo a los navarros. Sin balón, los estos embarullaron el juego, tiraron de agresividad y llevaron el choque a donde les convenía.

El Athletic no las tenía todas consigo, Herrera fundido, Iker igual, Beñat otro tanto, y Osasuna anhelaba ese balón trompicado que les metiera de lleno, pero como todo el partido, con el riesgo del destape atrás. Y el Athletic lo aprovechó. Contras rápidas como la que Susaeta acabó cruzando pegado al palo de Andrés o la que tuvo inmejorable Ibai, por no usar su pierna mala. Cagón. Pero el que no falló fue De Marcos, un alavés, para el Athletic, en Donostia, ante Osasuna, en una nueva contra. El Athletic finiquitaba el partido. Dormía líder, pero cuidado, que no lo haga en los laureles.

 

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