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SEGUNDA | Empate en Mendizorrotza

Reivindicación con un punto que pudo estar acompañado

El Alavés mejoró su juego y superó a su rival pero tuvo que conformarse con el empate.

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ALAVÉS 1

LAS PALMAS 1

GARA | GASTEIZ

El Alavés ya tiene su primer punto en Segunda A. Bien pudo estar acompañado porque el cuadro albiazul se estrenó en Mendizorrotza mostrándose claramente superior a su rival, pero acabó dándose por bueno, aunque solo sea porque Las Palmas se adelantó en el marcador y los gasteiztarras tuvieron que apretar hasta los ultimísimos minutos para restañar el daño.

Lo mejor es que el empate no solo debe valer para dar confianza por el peso que pueda tener dentro de los aproximadamente 50 en los que se cifra la permanencia, sino también por la manera en la que lo trabajó el Alavés. Si el debut en Girona dejó una sensación tristona, de un equipo trabajador y, pese al gol y la derrota, muy serio en defensa pero excesivamente tímido a la hora de mirar la portería contraria, el esperadísimo regreso de la categoría de plata a Mendizorrotza ofreció una impresión muchísimo más esperanzadora.

También ayer, pese a que volvió a encajar, mostró una considerable contundencia defensiva. Y además buscó descaradamente una victoria que solo se le escapó por la falta de definición en los últimos metros, o por el acierto último de la defensa y del guardameta rivales.

Recuperar esa autoestima un tanto dañada la semana anterior era el objetivo y el equipo de Natxo González -con cuatro variaciones, solo una de ellas obligada, en el once inicial- lo demostró desde el pitido inicial.

En un fuerte arranque, avisó por medio de Guzmán, Viguera, Laborda e incluso Manu García que, en su debut, cumplida ya la sanción, protagonizó una de las ocasiones más claras, con un centro-chut que Barbosa atajó a duras penas junto a la madera.

Más peligrosa aún fue la volea de Borja Viguera desde fuera del área, que volvió a hacer sudar al guardameta insular. Pero el balón no entró y hubo que lamentarlo porque, poco antes de la media hora, en lo que fue prácticamente su única llegada y también uno de los contadísimos errores de la zaga local, el Las Palmas se puso por delante. Fue Chrisantus el que aprovechó la pasividad de la defensa albiazul para cazar un balón cruzado a su espalda tras botar Tato una falta desde la derecha.

Consecuencias del disgusto

Llegaron entonces los peores minutos del Alavés, tocado por el disgusto. Los acercamientos al área se espaciaron, las combinaciones se diluyeron y la información pareció dejar de llegar a las piernas. La tontera se prolongó incluso más allá del descanso, lo que bien pudo propiciar el segundo tanto canario, aunque Goitia atajó sin demasiados problemas el suave disparo de Chrisantus.

Tocaba tirar de casta y de convencimiento. Pese a que el rival se veía cada vez más cómodo, y aunque el fútbol del equipo alavesista procedía más del alma que de la cabeza, la familia gasteiztarra seguía confiando en la reacción. Con razón porque, a nueve minutos del final, Borja Viguera -no podía ser otro- hacía justicia salvando, como mal menor, un punto. También a balón parado. En este caso un saque de esquina botado por Emilio Sánchez que el riojano, de un certero testarazo, convirtió en el empate y en la primera piedra del largo camino que debe recorrer su equipo hasta junio.

ALAVÉS - LAS PALMAS

Borja Viguera

Siempre presente, siempre peligroso y siempre resolutivo. El ariete riojano une a su esfuerzo constante el instinto del killer. Que se agradeció especialmente en este caso porque permitió al Alavés salvar un punto al que se había hecho acreedor.

ALAVÉS

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