Quinta etapa
Orica pone el ojo y Matthews la bala
El joven australiano se impuso en la primera llegada al sprint de la presente edición de la carrera. Vincenzo Nibali mantiene el maillot de líder.
Amaia U. LASAGABASTER
Se rompió la norma en la quinta etapa de la Vuelta. Por primera vez desde que partiera de Vilanova de Arousa el pasado sábado, la jornada se resolvió al sprint y el líder mantuvo el maillot rojo sobre sus espaldas. Lo propició un recorrido apto para los velocistas y, sobre todo, el trabajo de Orica GreenEdge, que no quiso desaprovechar una de las escasísimas oportunidades que ofrece a los hombres rápidos una carrera que parece haber tomado definitivamente por bandera los finales explosivos, y a veces imposibles, ya popularizados como «muritos».
No tardarán en llegar. Tampoco la montaña propiamente dicha, que aguarda al pelotón el fin de semana. Hasta entonces, hombres rápidos y aventureros están obligados a mantener un pulso como el que se vivió ayer en los 174 kilómetros entre Sober y Lago de Sanabria, en lo que además supuso el adiós a tierras gallegas. Repitió Nicolas Edet (Cofidis) en la fuga del día, por segunda jornada consecutiva, cuando apenas se habían recorrido una decena de kilómetros. Y con el francés se fueron otro maillot siempre presente en cabeza de carrera, el de Caja Rural, esta vez en la figura de Antonio Piedra; Jürgen Van de Walle (Lotto Belisol), Arnaud Courteille (Française) y Winner Anacona (Lampre).
El quinteto de valientes hizo lo que cabía prever, marcar el ritmo de carrera durante más de 150 kilómetros y acumular ventajas que superaron los diez minutos para ir viendo después cómo se reducían paulatinamente. Poco tuvieron que hacer frente al trabajo de Orica que, pese a la pérdida de Wes Sulzberger, accidentado la víspera, sincronizó máquina y cronómetro para controlar en todo momento la renta de los escapados.
A su apuesta decidida, y como se vio posteriormente acertada, por Michael Matthews, se le unió después la de Garmin por Tyler Farrar y, ya acercándose a la meta, la de Omega Pharma por Gianni Meersman. Ahí entró en acción Tony Martin ejerciendo de tren bala y se acabaron las mínimas opciones que pudieran mantener los hombres de cabeza.
Esfuerzos vanos
Se resistió Courtelle, aprovechando la dificultad de los últimos kilómetros, con alguna tachuelilla, terreno pegajoso y estrecheces, y se unió a su intento Van de Welle, pero la locomotora venía a todo trapo y acabaron igualmente engullidos.
El segundo de impasse que habitualmente prosigue a la caza intentó aprovecharlo Pablo Urtasun a apenas un par de kilómetros para el final, pero el intento del corredor de Euskaltel fue tan vano como los anteriores. Los velocistas se salieron con la suya y la etapa se decidió al sprint, con victoria para Michael Matthews, que se quitaba así la espinita de la víspera en Fisterra, donde había concluído en la tercera plaza.
Octavo triunfo en la todavía corta carrera del jovencísimo corredor australiano -cumplirá 23 años en septiembre-, en su primera temporada con el equipo nacional. Precisamente en Australia se hizo con el Campeonato del Mundo sub23 -por delante de John Degenkolb y Taylor Phinney, ahí es nada- en 2010, pocos meses antes de pasar al campo profesional de la mano de Rabobank.
Con la escuadra holandesa también estrenó su palmarés en casa y a las primeras de cambio, adjudicándose una etapa del Tour Down Under. Le siguieron triunfos en Murcia, Colonia, Almería Utah y, ya esta temporada y con el maillot de Orica, repitió en el Tour de Utah antes de conquistar en tierras zamoranas su victoria más importante en el campo profesional.
Otra oportunidad
Un palmarés que podría ampliar hoy mismo porque los 175 kilómetros entre Guijuelo y Cáceres de la sexta etapa también parecen predestinados a una resolución al sprint. Intentarán evitarlo de nuevo los aventureros y quién sabe si el viento, que podría dotar a la etapa de una importancia que en principio no se le presupone.
Intentarán evitarlo también hoy los equipos con velocistas, conscientes de que la Vuelta les ofrecerá pocas oportunidades más y que la reducida nómina de sprinters, en la que además faltan los grandes nombres de la especialidad, parece abaratar los triunfos.
Orica alcanza los 29 triunfos en 2013. Incluyendo el de Matthews en la Vuelta y los dos -Gerrans y la contrarreloj por equipos- que celebró en el Tour, donde además portó el maillot amarillo durante cuatro jornadas.
Nicolas Edet parece haberles cogido el gusto a las fugas. Se ha metido en la escapada del día en dos etapas consecutivas, hasta completar un total de 318 kilómetros de aventura.