El caudal informativo recolectado y distribuido por Edward Snowden continúa generando todo tipo de titulares. En esta oportunidad, el diario «The Washington Post» ha tomado el relevo a «The Guardian» y revela que el Gobierno estadounidense realizó más de 200 ciberataques durante el año 2011. Entre los objetivos de esta guerra silente se encontraban China, Rusia y Corea del Norte; el «eje del mal» cibernético.

Los documentos aportados por el exanalista de la CIA Edward Snowden han contado con el respaldo de varias entrevistas realizadas a exfuncionarios de la «Granja», término con el que se conoce al engranaje alambicado de la CIA y a sus campos de entrenamiento. Según esta información, esta operación encubierta y orquestada por el Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, resultó ser «mucho más amplia y agresiva» de lo que se creía hasta ahora.

El diario estadounidense pone como ejemplo un proyecto llamado Genie, que contó con el respaldo de un presupuesto que alcanzó los 652 millones de dólares, y que consistió en infiltrarse en redes extranjeras para ponerlas bajo control estadounidense. Esta información añade que, para finales de este año, se prevé que a través de Genie se habrá tomado el control de al menos 85.000 ordenadores en todo el mundo, una cifra cuatro veces superior a la de 2008, cuando fueron poco más de 21.000.

Una de las armas más efectivas que se utilizó durante esta campaña de guerra virtual fue el ya detectado Stuxnet, un virus informático desarrollado por Estados Unidos e Israel que causó graves daños en las centrales nucleares de Irán en los años 2009 y 2010.

Para tener una idea clara de la magnitud de este nuevo modelo de guerra silente que se desarrolla en el ciberespacio, «The Washington Post» revela que el presupuesto que las 16 agencias de espionaje estadounidenses destinan a labores de inteligencia alcanza los 52.600 millones de dólares.