La Real volvió a sucumbir en Anoeta ante el único equipo que le ha ganado en el estadio sus cuatro partidos desde su ascenso. A los blanquiazules se les atraganta la forma de jugar de los rojiblancos, especialmente desde la llegada de Simeone, y solo en los primeros y en los últimos minutos inquietaron a un rival que supo llevar el encuentro al terreno que domina.

La Real acusó además, por vez primera esta temporada, las ausencias. Arrasate afrontaba el encuentro con seis bajas ante un rival que presentaba su once de gala, que funciona como si de un reloj se tratara. Cuando se juega ante un rival que además está en un gran momento se nota. No es casualidad que los dos goles llegaran en el flanco derecho defensivo en el que faltaban ayer Mikel González, Carlos Martínez y Estrada, bajas que Simeone dijo que quiso explotar.

Pero por encima de las bajas, a esta Real que disfruta con el fútbol, se le atraganta el estilo de juego del Atlético, que hace sufrir a sus rivales porque no les deja jugar cómodos. Es el tipo de equipos, como el Levante, próximo rival, con el que choca una y otra vez la Real y más si tienen ventaja en el marcador.

El Atlético de Madrid se adelantó con un gol de David Villa en una acción en la que Ansotegi estuvo blando en su despeje y la fortuna acompañó al asturiano al quedársele el balón perfecto para marcar con una vaselina.

Si el Atlético de Madrid ya se encontraba cómodo con el empate, solo había sufrido en los diez primeros minutos, la ventaja le permitió jugar con los tiempos del partido y solo cuando Xabi Prieto recortó distancias sufrieron los rojiblancos en medio del desorden al que recurrió Arrasate para romper la disciplina del Atlético.

Una jugada importante

La pena para la Real fue que no se puso por delante en la primera oportunidad que tuvo, en una volea de Antoine Griezmann en el minuto 3 que repelió el larguero. Un gol en ese momento habría obligado a Simeone a jugar de otra manera, Luego, en el 9, Vela tuvo un remate que se fue alto y a partir de ahí el partido lo tuvo controlado el Atlético a pesar de los intentos de Arrasate de romper su estrategia defensiva.

No solo en los últimos minutos, en los que arriesgó para buscar el empate, desde el primer minuto el técnico blanquiazul pidió a sus jugadores más adelantados que intercambiaran constantemente sus posiciones para sorprender el planteamiento serio del Atlético, que juntaba dos líneas de cuatro con apoyos de Koke y Arda a los dos medios centros. Pero esos movimientos realistas perjudicaron más que beneficiaron.

El Atlético no sufrió con los cambios de posición de los realistas. Simeone había colocado en la banda izquierda a Koke para controlar la banda por la que más ataca la Real y a los blanquiazules les perjudicó la ausencia de los dos laterales derechos específicos y que Vela no estuviera más en el carril en el que mejor rendimiento da.

Además todo el Atlético defiende bien, muy junto. Cada vez que recibía el balón un realista, enseguida tenía uno o dos rojiblancos que llegaban para impedirle combinar con los jugadores más adelantados, que además bajaban demasiado a buscar el balón. Así la Real no fue capaz de fabricar una jugada de peligro desde el minuto 9 hasta el gol de Xabi Prieto.

Además el Atlético es un equipo que no comete errores, que juega al 100% de intensidad y de concentración de inicio a final. Por contra la Real concedía ocasiones por fallos como el de Iñigo Martínez que casi aprovecha Villa para marcar antes de su gol. El Atlético presionaba, provocaba esos errores y sus jugadores iban con todo a cada disputa, lo que les permitía cortar lineas de pase y llevarse los rechaces como el del despeje de Ansotegi que aprovechó Villa para marcar su gol.

Reacción tras el 0-2

Porque el Atlético no defendía en su área, jugaba incluso en ventaja más en el campo de la Real que en el suyo, y así llegó la jugada del 0-2 mal defendida por la línea defensiva blanquiazul, que aprovechó Villa para romperla y dar el centro que permitió a Koke marcar.

Cuando parecía que el partido quedaba sentenciado por la impotencia que trasmitía la Real, llegó el golazo de Xabi Prieto en una jugada aislada tras una falta botada con rapidez por Granero. Solo a partir de ahí sufrió el Atlético de Simeone.

Nada más encajar el segundo gol, Arrasate ya intentó cambiar la dinámica del encuentro al dar entrada a Elustondo para mejorar en el manejo del balón y después decidió arriesgar al dar entrada a Granero y Pardo y acabar con solo tres defensas.

El desorden desordenó al Atlético de Madrid, pero entonces apareció la figura del mejor portero de la Liga, Courtois, que realizó una parada sensacional a un remate a bocajarro de Granero y que luego llegó a un balón envenenado que le había enviado Rubén Pardo.

La Real pudo empatar en esas dos acciones, pero la verdad es que el Atlético de Madrid fue justo vencedor porque impuso su estilo de fútbol. Pese a la derrota, los blanquiazules pueden dar por buena la primera serie de cinco partidos y recuperar a todos sus jugadores para encontrar ante el Levante la clave para responder a este tipo de fútbol.