Condenas ejemplarizantes y cierre de medios islamistas en Egipto
El tribunal militar de Suéz ha condenado a penas que van desde los cinco años a la cadena perpetua a once militantes de los Hermanos Musulmanes por atacar «con perdigones y piedras» a soldados en represalia por las masacres de sus seguidores en El Cairo. Mientras sigue la caza del islamista en Egipto, los golpistas han ordenado la suspensión de la cadena Al Jazeera y del canal televisivo de los HM.
GARA | EL CAIRO
Un tribunal militar egipcio condenó ayer a 56 miembros de los Hermanos Musulmanes a penas que van desde los cinco años a prisión de por vida por haber «agredido» a soldados en Suéz a mediados de agosto tras las masacres perpetradas por los golpistas contra los defensores del depuesto y detenido presidente islamista, Mohamed Morsi.
Se trata de las primeras condenas de miembros de la Cofradía desde el golpe de Estado militar del pasado 3 de julio.
Desde entonces, el régimen ha lanzado una campaña de represión implacable contra los Hermanos Musulmanes, con más de un millar de muertos y 2.000 detenidos.
Su guía espiritual, Mohamed Badie -que sufrió hace días un ataque cardíaco a resultas del maltrato sufrido por sus carceleros-, y muchos de sus principales dirigentes están encarcelados y serán juzgados por «incitación o muerte» de manifestantes, al igual que Morsi, que sigue detenido en un lugar secreto.
Sustituto detenido
El proceso contra 64 miembros y partidarios de los Hermanos Musulmanes en Suéz se abrió el 24 de agosto ante un tribunal castrense y culminó con una cadena perpetua (antes se habló de 11) y 51 condenas entre cinco y quince años. Ocho acusados fueron absueltos.
Todos ellos estaban acusados de disparar «con perdigones y lanzar piedras» a soldados en Suéz en respuesta al sangriento ataque policial del 14 de agosto contra los campamentos de protesta islamista en El Cairo.
los jueces del régimen ordenaron ayer la suspensión de las emisiones del canal Al Jazeera y de la televisión de los Hermanos Musulmanes «Ahrar 25», además de los canales islamistas Al Yarmuk y Al Quds.
El tribunal arguyó que las cuatro cadenas «carecían de los permisos necesarios» pero reveló los verdaderos motivos del ataque a la libertad de prensa al acusarles de haber difundido informaciones «incorrectas que dañan al país y a los egipcios».
Al Jazeera está actualmente en el punto de mira de los golpistas por su cobertura informativa de la crisis en Egipto, donde el Ejército depuso el pasado 3 de julio al presidente islamista Mohamed Morsi.
El pasado domingo, el canal qatarí señaló que cuatro de sus periodistas habían sido puestos en libertad tras permanecer arrestados durante cinco días sin cargos, mientras que otros tres miembros de su equipo en El Cairo siguen detenidos.
Grupos de derechos humanos denunciaron el pasado 5 de julio el cierre de canales de televisión islamistas y la detención de sus trabajadores por «instigar a la violencia» y llamar a la desobediencia civil para apoyar al depuesto presidente Morsi.
El régimen egipcio ha demolido desde el domingo media docena de túneles y una veintena de casas en la frontera con la Franja de Gaza, que aliviaban el drama de la población palestina.
La Policía bloqueó los accesos a la plaza Rabaa al-Adawiya de El Cairo, escenario de una de las masacres contra los defensores de Morsi, tras la convocatoria ayer de nuevas marchas de protesta.
Un bombardeo del Ejército en la Península del Sinaí, «el más importante de los últimos tiempos», se saldó con la muerte de al menos ocho personas -combatientes islamistas según el balance oficial militar- y 15 heridos.
Según testigos, cuatro helicópteros Apache de fabricación estadounidense lanzaron al menos quince bombas sobre varias aldeas al sur de Rafah, el paso fronterizo a Gaza. Los objetivos marcados por los responsables del operativo serían «almacenes de armas y explosivos y casas donde se escondían los yihadistas». Al menos seis viviendas resultaron destruidas.
La agencia oficial Mena explicó que los helicópteros destruyeron un vehículo en el que viajaban varios extremistas y bombardearon refugios yihadistas en las zonas de Al Tuma y Al Muqata, en la localidad de Sheij Zuweid, en el norte del Sinaí.
En los últimos meses, el Sinaí se ha convertido en un foco de inestabilidad y escenario de ataques contra el Ejército y el gasoducto que transporta gas a Israel, así como de actos de contrabando y secuestros.
Estos ataques, endémicos, se han recrudecido desde el golpe de Estado que acabó con el Gobierno del islamista Mohamed Morsi. El 19 de agosto, 25 policías murieron en la emboscada más sangrienta desde hace años en la Península del Sinaí.
La región, mayoritariamente poblada por beduinos, sufre un abandono histórico por parte de El Cairo, lo que la ha convertido en terreno fértil para el yihadismo.
El Ejército golpista ha desplegado fuerzas suplementarias para luchar contra esta insurrección yihadista. GARA