La crisis abre el debate sobre la fecha de consumo preferente de los alimentos
La autorización a los supermercados y tiendas de Grecia para que pueden vender alimentos cuya fecha de «consumo preferente» haya expirado ha generado una acalorada polémica, pero, al mismo tiempo, ha abierto el debate sobre la vida últil de los productos y el desperdicio de comida en los países «desarrollados». La organización vasca de consumidores EKA-OCUV no rechaza, en principio, la medida, siempre que el límite «infranqueable» sea la seguridad.
Joseba SALBADOR |
La noticia saltaba a principios de esta semana. El Gobierno griego aprobaba una normativa que autoriza a los negocios de alimentación la comercialización de productos cuya fecha de «consumo preferente» haya vencido, siempre que se haga en estantes separados y con un precio reducido. Dentro de la categoría de productos que se pueden vender también entra cierto tipo de alimentos de larga duración que podrán ofrecerse al público con descuento después de su fecha de caducidad.
Según esta normativa, que entró en vigor el lunes día 2, aquellos productos cuya fecha de caducidad se indique mediante día y mes, podrán venderse hasta una semana después de dicha fecha; los que se indiquen mediante mes y año, hasta un mes después, y los que se indiquen mediante año, hasta tres meses después.
La medida ha generado una intensa polémica en el país, ya que se acusa al Gobierno de querer dividir a los consumidores entre ricos y pobres. Algunos, incluso, piensan que podría dar lugar a que empresarios «desaprensivos» pongan en el mercado productos alimenticios «de dudosa calidad».
Sin embargo, el Ejecutivo se defiende señalando que la directiva ha sido «malinterpretada», pues no se ha autorizado poner a la venta productos «caducados», sino aquellos cuya fecha de venta al público ha vencido.
Desperdicio de comida
Pese a la polémica generada, el paso dado por las autoridades griegas tiene la virtud de abrir el debate sobre la vida útil de los productos y el desperdicio de comida en los países «desarrollados». Preguntados por esta cuestión, responsables de la organización de consumidores y usuarios EKA-OCUV señalan que, «como idea o principio general, estamos de acuerdo con las medidas que traten de alargar la vida útil de los productos, incluidos los alimentos».
A su juicio, «en el llamado mundo desarrollado seguimos, pese a la crisis, despilfarrando recursos, productos, cosas, energía... y comida, por supuesto». Así, recuerdan que en la Unión Europea, «casi la tercera parte de toda la comida que se produce y que se encuentra en buen estado termina en la basura. Y en Estados Unidos ese derroche vergonzoso llega casi hasta la mitad, mientras en otras partes del mundo, menos afortunadas, millones de personas se mueren de hambre».
Por este motivo, la organización de consumidores apoya las medidas que tiendan a «estirar» la vida útil de los alimentos. Eso sí, subrayan, «el único límite infranqueable debe ser la seguridad».
A este respecto, EKA-OCUV explica que la vida útil de los alimentos «varía muchísimo» de unos a otros, motivo por el que defiende que todos los productos alimenticios muestren las dos fechas clave en cuanto a la seguridad: la de consumo preferente y la de caducidad.
«¿Por qué ambas fechas? -se pregunta-, porque no son lo mismo. La fecha de consumo preferente es la fecha hasta la cual el alimento mantiene todas sus propiedades, tanto de seguridad alimentaria como organolépticas (sabor, olor, textura...). Y la fecha de caducidad -añade- es la fecha a partir de la cual no debe consumirse el alimento porque se encontrará ya en mal estado y puede causarnos daño».
Entre una fecha y otra, el alimento va perdiendo sabor, olor, color... pero, en cuanto a la seguridad alimentaria, todavía se puede consumir. «No nos va a hacer daño». Por tanto, EKA-OCUV señala que «nos parece bien que se puedan vender productos con la fecha de consumo preferente rebasada pero sin llegar a la fecha de caducidad», manteniendo un margen de seguridad todavía por delante, «siempre y cuando se haga a un precio rebajado y, por supuesto, se advierta de todo ello al consumidor», concluye.
En algunos países de la Unión Europea los productos muestran las fechas de consumo preferente y la de caducidad, pero no en el Estado español.
Nueva modalidad de negocio
El catedrático de Economía Santiago Niño Becerra también se hace eco de esta polémica y sostiene que esta práctica será cada vez más habitual, aunque muestra su temor a que se abra una nueva modalidad de negocio.
«Pienso que esta práctica va a prosperar a medida que la pobreza vaya apretando», explica en su blog en «La Carta de la Bolsa», aunque advierte que podría llegar a crearse una nueva modalidad de negocio, «lo under cost (por debajo de coste). Negocio para las tiendas que ahora tiran esos alimentos `caducados'. Podrán venderlos en tiendas filiales under cost: el cost siguiente al low», afirma Niño Becerra.
EKA-OCUV defiende que todos los productos muestren tanto la fecha de consumo preferente -en la que el alimento mantiene todas sus propiedades, tanto de seguridad alimentaria como de sabor, olor, textura...- y la de caducidad, a partir de la cual no debe consumirse porque se encontrará ya en mal estado.