Raimundo Fitero
Estancamiento
En Gasteiz se celebra uno de esos festivales que tienen a la televisión y sus empresas como fondo que promocionan a los mismos de siempre, con unos premios que se reparten entre los mismos de siempre, que sirve a la industria audiovisual, que colocado estratégicamente a principios de setiembre, sirve para hacer ver que allí se presentan novedades y que da unos cuantos motivos para titulares y rellenos en las páginas correspondientes de los periódicos y otros medios y que tiene su acogida en la capital arabatarra, pero podía hacerse en Bollullos del Condado o en Algete, porque está absolutamente desubicado y descontextualizado del lugar y su entorno audiovisual.
Si nos atenemos a los premios, mejor mirar para otro lado, y si seguimos pensando que allí se presentan novedades, lo que viene es exactamente igual a lo que hay o a lo que se ha ido. Vivimos en un estancamiento de formatos, tendencias y series, ya que todas vienen de lejos o tratan temas lejanos y solamente podemos celebrar que nos viene otra temporada de «Aída», a la que amamos, que nos divierte y que acostumbra a tocar asuntos peliagudos que tiene que ver con la realidad económica y social, aunque bajo una pátina de humor en diferentes graduaciones, desde el más aparentemente ingenuo al más corrosivo, que le dota todavía de mayor eficacia.
Llega precisamente con el capítulo 200, con un especial, y con el reparto básico sin casi alteraciones pero con alguna incorporación subalterna que según el resultado de las audiencias se mantendrán o desaparecerán. Esta serie es excepcional por varias razones: su longevidad, y que habiendo abandonado la actriz que incorporaba al personaje que da título a la serie, no se notó su salida, sino que incluso ha ido subiendo en audiencia y sin necesidad de cambiar nada de su estructura narrativa, tramas y personajes, aunque siempre se han dio adaptando a las circunstancias de reparto y del ambiente político y social general. Podríamos considerar que es una apuesta conservadora del programador, pero aunque forme parte de ese paisaje de estancamiento, está más que justificada su presencia en al parrilla de Telecinco.