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crónica | firátarrega 2013

Dramaturgias invisibles, espectáculos de acción y narraturgias conmovedoras

Cada uno se hace su Feria. Tàrrega da para muchas opciones, recorridos y descubrimientos. Desde las tejas de Tolosa servidas en la tradicional presentación vasca los documentos silentes de Esteve Soler, pasando por el gran desembarque mexicano, con algunas de las obras capitales de esta edición.

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Carlos GIL | Crítico teatral

La tradicional recepción de Euskal Teatroa sigue siendo uno de los momentos en donde la gastronomía de urgencia se convierte en tarjeta de visita. Este año la delegación artística vasca es multidisciplinar y con espectáculos ya comentados en estas páginas recientemente. Los repasaremos por si hay novedades. De momento sabemos de la buena recepción de algunas de sus propuestas, con la producción vasco-murciana «Typical», como oferta popular que ya ha visitado muchas calles de Euskal Herria y que seguirá con su look setentero ocupando calles y plazas por todo el Estado español.

Esteve Soler es uno de los autores contemporáneos catalanes más traducido y representado por toda Europa. En Tàrrega da muestras de un experimento casi secreto, su incalificable con palabras al uso propuesta se llama «Contra la ciudad», y son instalaciones, palabras, alteraciones de señales de tráfico, carteles distribuidos por todo Tàrrega que forman un viaje imaginario pero tangible a partir de una dramaturgia invisible, pero expresada de manera contundente a base de palabras repartidas por lugares emblemáticos y simbólicos de la ciudad. Es una instalación abierta, una propuesta para reflexionar y pensar.

Pero quizás lo que más se ve es teatro de acción, físico, con técnicas diversas, como la danza preciosita pero hard de Marco Vargas & Chloé Brûlé y su «Por casualidad» donde siguen con su danza fusión siempre sorprendente por su profundidad y su belleza. O un montaje muy soft de Teatrapo y su «Sfera», muy formal, demasiado esteticista, una sucesión de imágenes entre la gimnasia rítmica y el circo más primario. Una puesta en escena excesivamente pendiente de lo externo.

Narraturgias

Y nos encontramos con dramaturgias narrativas, o como empleando el término aportado por Sanchis Sinisterra, las narraturgias, en este caso con dos propuestas mexicanas. Una con alumnos recién egresados de la Universidad, dirigidos por Ernesto Collado, en una creación colectiva, en que los supuestos datos biográficos de actores y actrices dan una estructura emocional. Teatro fragmentario, con unas dosis muy bien distribuidas de humor ácido, con un mensaje claro, una mirada a su México actual, en un montaje que divierte por su frescura y en el que se apuntan muy buenas maneras de varios de los jóvenes actores.

Pero el plato fuerte fue «Baños Roma», de los también mexicanos Teatro Línea de Sombra, que utilizan claves de la narraturgia, es decir narrar casi con detalle documental momentos de la creación, anécdotas mezcladas con datos biográficos de un campeón de boxeo de origen cubano nacionalizado mexicano, José Ángel «Mantequilla» Nápoles, y que vive en Ciudad Juárez. A través de documentos periodísticos, de entrevistas con el boxeador y su compañera, se hace un retrato de la violencia en México que abruma por su eficacia y por su don teatral. Es un trabajo que merece un análisis más exhaustivo. Valga esta entrega de aperitivo.

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