Ha ganado, empatado y perdido. Ha marcado goles y los ha recibido. Ha sufrido expulsiones y ha jugado en superioridad. Solo se han consumido 270 minutos de competición y el Eibar ya lo ha experimentado casi todo.

Casi. Le falta, que no es poco, celebrar un gol y una victoria en Ipurua. Un último estreno con el que la afición azulgrana espera disfrutar esta tarde, coincidiendo con la visita de un Córdoba que nunca ha ganado en el estadio eibarrés.

Las perspectivas no son malas porque Gaizka Garitano recupera a los cuatro jugadores que no pudieron viajar la semana pasada -Jota y Arruabarrena por lesión, Añibarro y Raúl Navas por sanción-, con lo que tiene a toda la plantilla disponible. Y además está, pese al amargo sabor final, la buena imagen que ofreció el equipo en Las Palmas, lo que permite a los armeros afrontar el regreso a Ipurua «a tope de moral y con ganas de ofrecer una victoria a la afición», subraya el técnico azulgrana. Igualmente convencido, con todo, de que sus hombres tendrán que hacer «las cosas muy bien» para conseguirlo, porque recibe a un Córdoba que «ha hecho un equipo para pelear por el ascenso y que está protagonizando un gran inicio de Liga», con siete puntos en tres jornadas.