Existe un sector de la población, el infantil, especialmente vulnerable, que no puede escoger y que depende de las decisiones que tomamos en su nombre los adultos. Y esas decisiones influyen directamente en su proceso de socialización. Una socialización que marcará su vida. Y son ellos y ellas los que continuarán con esto que les dejamos, esto abstracto, confuso y difícil. La sociedad invierte parte de los beneficios que se consiguen con el trabajo y esfuerzo de los ciudadanos en educación pública y en contrarrestar actitudes que, de sobra sabemos, fomentan la desigualdad y la violencia machista. En ese orden de cosas, la televisión es uno de esos elementos que se introduce en nuestras vidas, desde la infancia, para bien y para mal. Pero la televisión puede ser algo más que «comercio». Una televisión pagada con dinero de todos que funcione como servicio público y que vaya en beneficio y no en detrimento de la sociedad. ETB3 hizo una apuesta valiente e interesante en sus inicios, creativa en cuanto a contenidos y programas enfocados hacia el público infantil-juvenil y en euskara. Hace meses que muchas comprobamos cómo en horario infantil se programa una serie mexicana llamada «Maite Kuttuna». Una telenovela que según ETB ha tenido una audiencia notable desde que comenzó a emitirse en enero. Su audiencia: nuestras hijas, vecinas, sobrinos, nietos...  y tienen entre 4 y 12 años. Ellos ven cómo una niña es educada en valores católicos como mejor opción vital y se ve rodeada de mujeres que parecen tener como objetivo único y último casarse con un hombre o encomendarse a Dios. Obviando detalles morbosos que tienen que ver con sus contenidos y su dudosa calidad estética, les rogaría que la retiraran del horario infantil. Gracias.