Rousseff festeja el Día de la Independencia entre tímidas protestas
GARA |
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, encabezó el desfile militar por el Día de la Independencia en Brasilia, que tuvo un público mucho menor al previsto y transcurrió entre tímidas protestas y unos pocos aplausos a la mandataria.
Aunque en las redes sociales se anunciaba la presencia de unos 50.000 «indignados» dispuestos a protestar durante la celebración, mientras se desarrolló el desfile los manifestantes fueron unas pocas decenas y sus abucheos a la presidenta se perdieron en medio de la música de las bandas militares y aplausos.
Al parecer, debido al temor a enfrentamientos también fue mucho menor el público, que en vez de las 100.000 personas esperadas, la Policía Militar cifró en poco más de 5.000 el número de espectadores.
Sin embargo, una vez que concluyó el desfile y se retiraron las autoridades, el número de manifestantes comenzó a crecer y llegó a unos 1.500, que marcharon hacia la sede del Congreso nacional, que había sido cercada por cientos de policías.
Pese a la previsión de protestas, Rousseff llegó a la Explanada del Ministerio, donde se desarrolló el desfile, en un Rolls Royce sin capota, que dejó de fabricarse en 1958.