Solo quedan dos días para la Vía Catalana convocada por la ANC y los nervios están a flor de piel. En medio de la tormenta política provocada por el apunte de Artur Mas sobre unas elecciones plebiscitarias en 2016, los voluntarios de la Assemblea se concentran en cerrar los últimos flecos de una movilización con todos los visos de pasar a la historia.

Como si no fuese suficiente con la Diada en si misma, Mas se encargó el jueves de remover el ambiente anunciando unas plebiscitarias en 2016. ¿Qué les pareció el anuncio?

Nosotros no entendemos de dónde sale ni el momento en el que sale. Creemos que el compromiso es uno, el de forzar una consulta sea por las vías que sea, con la autorización de Madrid o sin ella, porque esta situación no se puede alargar más en el tiempo. No aceptamos esperar hasta el 2016 y menos para hacer unas plebiscitarias.

¿Se puede aguantar el nivel actual de movilización y tensión hasta el 2016?

Yo lo veo difícil. Venimos de unos meses en que la movilización es espectacular, es un momento realmente muy especial. El país está, pero está ahora. Creemos que este ritmo no puede seguir durante tanto tiempo. La sociedad ya está demostrando que está y si el proceso político no se acelera más es porque desde la clase política no se estará respondiendo al nivel en el que está el país.

La Diada del año pasado sirvió para obligar al arco parlamentario a posicionarse y para anticipar las elecciones. Este año ¿para qué debería servir la cadena humana?

La Diada de este año debe servir para tener una fecha y una pregunta. Y la pregunta debe ser una, clara e inequívoca. Hace unos días se conocía la noticia de que en los presupuestos de 2014 habrá una partida para comprar urnas y después se habla de 2016. No, queremos las urnas y queremos utilizarlas el año que viene. El otro objetivo es trasladar al mundo cuál es el proceso de Catalunya, cuál es nuestra voluntad. Así, si se nos imposibilita la celebración de esta consulta, que al menos en el mundo vean cómo actúa el Estado español.

Hablemos de la cadena en sí misma. ¿Todo está a punto? ¿Confian en el éxito de la movilización?

Creemos que sí. Esta última semana hemos podido ver que se llenaba todo el trazado, que ya no nos hace sufrir ninguno de los tramos. Lo que nos tocará es gestionar la sobreocupación de algunos tramos en las zonas más pobladas, de gente que no se habrá inscrito. Sabemos que una acción de este tipo tiene muchas aristas y nos gustaría que todo saliese perfecto, sabiendo que hasta última hora estaremos cerrando cosas. De todos modos, lo básico de esta vía catalana sí que está a punto.

¿Cuánta gente calculan que se necesita para completar la cadena? ¿Y cuántos inscritos hay?

Hicimos un cálculo prudente de una persona por metro a lo largo de 400 kilómetros. Esto son 400.000 personas. Sobre las inscripciones, estos últimos días están creciendo mucho. El último dato que tengo es el del martes y eran 420.000, pero estamos yendo a unos 40.000 por semana, por lo que la cifra habrá subido ya bastante más. Además, en los únicos tramos que se puede inscribir la gente ahora son los de Terres de l'Ebre, por lo que hay mucha gente de otros territorios que querría inscribirse pero no puede.

El reto logístico resulta inmenso. ¿Cuáles son las principales dificultades con las que se han encontrado?

Es difícil decirlo, el acto tiene una complejidad inmensa. Si la Via Catalana es posible es porque hay 509 asambleas territoriales y mucha gente en torno a ellas. Como realizar las inscripciones era un reto, pero en seguida nos aparecieron informáticos que sabían como hacer la aplicación pertinente. Como hacer la campaña y la comunicación también era complicado, enseguida nos han salido expertos en la materia. Esto no lo podría hacer una empresa, es un país el que lo hace.

¿Cómo harán para coordinar la cadena, los actos y los discursos centralizados?

La coordinación se basa en tramos de 500 metros. Cada uno de estos tramos tiene un responsable y varios ayudantes, para recibir a la gente y ayudar a formar la cadena en el momento que toque. Teniendo en cuenta que no concentramos a la gente en único punto, otro reto que se nos presentaba era cómo hacer partícipe a todo el mundo de los actos de la cadena. Entonces pensamos en la radio como el principal elemento de comunicación. Las dos emisoras que cubren todo el territorio harán programas especiales, conectarán con los discursos descentralizados y retransmitirán el canto de Els Segadors en directo, por lo que serán el principal elemento cohesionador de la cadena.

Volvamos a la política. Unió y PSC no han convocado a la Via Catalana pero han dejado vía libre a sus militantes. ¿Creen que participarán muchos militantes de estos partidos?

Desde varios ámbitos se nos pidió rebajar el discurso, pero creemos que ponerse maquillaje y máscaras en estos momentos es absurdo. Si pedimos una consulta, no es para votar que no, porque eso ya lo tenemos. No es necesario engañar a nadie y convocar la Via Catalana por el derecho a decidir. Sabemos que participarán militantes de ambos partidos y lo vemos como algo muy positivo, pero es difícil anticipar en que volumen lo harán.

Por otro lado, la CUP da apoyo a la cadena, pero también a la convocatoria de Procés Constituent, a la que también llama a sumarse ICV-EUiA. ¿Qué os parece esta iniciativa de rodear Caixabank con un ramal que enlazará con la propia cadena?

Nosotros invitamos a todo el país a estar. La Assemblea no puede garantizar al 100% que la independencia comporte forzosamente un cambio social, pero sí que es una gran oportunidad para conseguirlo. Al invitarlos, nos dijeron que su opción era esta y nosotros lo hemos respetado. Como Assemblea lo que queríamos es que estuviesen y están, a su manera, como otros muchos colectivos que estarán a su manera. Por ejemplo, gays y lesbianas estarán en el parque de la Ciutadella haciendo un ramal y rodeando la glorieta dedicada a la transexual Sonia.

¿Creen que la cadena coincidirá finalmente con la convocatoria unionista del Movimiento 12 de Octubre en la Sagrada Familia?

Por lo que nosotros sabemos, en principio esta convocatoria se autorizará, pero no en la misma plaza, por cuestiones de seguridad. Nos parece bien. Hemos podido ver cómo la prolongación de la cadena por parte de la gente del País Valencià intentaba ser prohibida por el Govern valenciano. También han pasado algunas cosas menores en Catalunya Nord con la Prefectura. En cambio, aquí se demuestra que se puede expresar quien quiera. Y luego veremos quién llena 400 kilómetros de cadena y cuánta gente hay en otro lugar.

Sé que no se responsabilizan de ello, pero imagino que algún tipo de coordinación habrá. ¿Cómo va el tema de las cadenas humanas en el resto de los Països Catalans?

Bastante bien, sobre todo teniendo en cuenta que el 11 de setiembre solo es festivo en lo que es la Comunidad Autónoma. Hay que recordar que este año tuvimos una polémica en la Assemblea por la cuestión de los Països Catalans. Yo creo que no se acabó de entender por qué a la ANC de Mallorca se le impidió integrarse en la Assemblea. Lo que se dijo es que Mallorca, como isla, no podía entrar como una asamblea territorial más, como puede ser la de Berga o la de Manresa. Pensamos que si queremos trabajar realmente por la construcción de los Països Catalans, con realidades diferentes en cada lugar, lo que se necesita es que haya unos movimientos similares a la Assemblea en cada territorio, con los que nos federemos.