Kike de pablo | bobadas alpinas
Infancia
La muerte del jovencísimo escalador italiano Tito Traversa, de 12 años, en una excursión –iba a decir de jóvenes promesas, pero en realidad escaladores de punta–, trae cola.
Al parecer, una de las niñas escaladoras colocó mal los mosquetones en las cintas de asegurar y, en vez de enhebrar las cintas de nylon y las ligeras gomas que bloquean su movimiento, enganchó solo las gomas en la mayoría de las piezas (pocos kilos puede aguantar una de dichas gomas).
Se me ocurre que quizás los dos monitores que iban con ellos no habrían actuado igual si dichos niños hubieran sido principiantes, y quizás (solo un quizás) la capacidad de escalada extrema de estos jovencísimos escaladores pudo hacer olvidar que en el fondo son solo… niños.
Ahora la fiscalía pertinente planta acusación de homicidio contra los dos monitores, el manager del club que organizó el viaje, el dueño de la tienda que vendió los bloqueadores de goma (por no tener un buen folleto explicativo de su uso), y contra el/los dueños de la fábrica que produce dichas piezas de goma y por el mismo motivo.
Me empieza a parecer que la cosa se sale un poco de madre, y que la cadena de responsabilidades se encuentra ya demasiado forzada, sobre todo en una actividad en la que el usuario debe estar al tanto del material, un material tan elemental como el que estamos considerando.
La muerte de un niño desencadena una búsqueda, a veces desmesurada, de culpables, pero el dolor que produce no debiera extender dolor más allá de lo razonable .