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E. Garbayo | Politólogo de taberna

La ética, por los suelos

El suelo ético no existe, es un eufemismo. Existen los derechos humanos. ¿Por qué no nos ponemos de acuerdo en que para lograr la pacificación y convivencia debemos trabajar por el cumplimiento de todos los derechos humanos, individuales y colectivos?

Es lo que se me ocurre pensar cuando les oigo rebozarse tanto en este nuevo concepto de «suelo ético» que utilizan básicamente como arma arrojadiza. Las normas las hemos puesto nosotros y tú verás. Ah! ¿Que aceptas las normas? Entonces no te creo. Además el balón es mío y no quiero que juegues.

Patxi López, patético, una vez más. Saca de la cartera el bocata que olvidó hace meses: han de aceptar el suelo ético que todos acordamos y que exige la denuncia de los crímenes de ETA. Y añade algo así como que ellos que fueron víctimas no pueden aceptar la actitud de la izquierda abertzale.

¿Por qué ahora? ¿Tiene algo que ver el acuerdo con el PNV? ¿Está mirando al tendido español ahora que parece que allá irá a torear? Tranqui, Patxi, que al PP no le engañas y serán tus picadores en tus futuras faenas.

Si de verdad se pretenden la paz y la convivencia, hay que demostrarlo. Lo demás, lo que estáis haciendo, es una demostración de todo lo contrario. Al «con Franco vivíamos mejor» de la derechona española parece que ahora sigue el «con ETA vivíamos mejor» de la España más cañí y engominada. No han dado ni un solo paso hacia la pacificación, no han realizado ni un mínimo gesto que indique que están contentos como lo está la inmensa mayoría de la sociedad vasca. Parece que a algunos les jode que las armas den paso a los votos, como antes reclamaban sin cesar. Y cuando todo el mundo está dispuesto a hablar de todo, ellos no, que con esos no. ¿Qué ético, no?

Y los socialistas o sienten pavor a desmarcarse de la carcundia o no están tan distantes de ella.

Qué empeño con el suelo ético y la condena, con que los demás hagan lo que yo quiero que hagan o, si no, no juego.

Puestos a pedir condenas yo pediría, como muchas personas en esta sociedad, que además de las condenas selectivas a las que se refieren se condenen:

-Los crímenes de franquismo, que pasados más de setenta años aún se niegan a condenar PP y UPyD en el Congreso español.

-La condecoración a criminales de guerra de la División Azul que la delegada del gobierno del PP de Catalunya realizó recientemente.

-Al fundador del PP por su responsabilidad política en los crímenes del 3 de marzo de Vitoria-Gasteiz o en el fusilamiento de Grimau.

-A las entonces cúpulas del PSOE , PSE y PSN por su implicación en la creación de los GAL y su responsabilidad en los crímenes que cometieron.

-A los militantes socialistas que jaleaban en la puerta de la cárcel a sus condenados por delitos terroristas (¿Apología del terrorismo?).

-Al expresidente Aznar y a la dirección del PP por la implicación en la guerra de Irak con el resultado consabido de miles de muertos y destrucción del país. Así como por las posibles consecuencias de su acción en el posterior atentado del 11M.

-Al expresidente Zapatero por la implicación de su país en la guerra de Afganistán. Con el mismo resultado de destrucción y muerte.-A los responsables de las torturas padecidas por miles de personas en este país, realizadas por cualquiera de sus policías, así como a todos aquellos responsables políticos que han callado, han mirado hacia otra parte o las han justificado.

-Las detenciones, juicios y condenas a cientos de personas inocentes bajo acusaciones falsas o genéricas de pertenencia o colaboración con banda armada sin pruebas de comisión de delitos.

-La brutalidad policial que, como norma, ha gozado de total impunidad y se ha mantenido hasta nuestros días: Casos Iñigo Cabacas o Xuban Nafarrate.

Pero creo que la larga lista de agravios, víctimas, su reconocimiento y reparación requieren un proceso de diálogo sereno, profundo, sin condiciones previas. El «y tú más», el tienes que pasar por el aro de lo que yo diga, tienes que condenar lo que yo y como yo te lo diga, tienes que arrepentirte, tienes que pedir perdón, tienes que hacer autocrítica no sirven para nada. No sirven si no parten del convencimiento propio. Y para ello cada cual debe realizar su propio proceso. La imposición o la exclusión no pueden ser el método. Estamos en unos momentos en los se puede y hay que ser más pedagógicos, se trata de convencer.

El suelo ético no existe, es un eufemismo. Existen los derechos humanos. ¿Por qué no nos ponemos de acuerdo en que para lograr la pacificación y convivencia debemos trabajar por el cumplimiento de todos los derechos humanos, individuales y colectivos? ¿Por qué no pasamos por el tamiz de esos mismos derechos las responsabilidades individuales y colectivas en los últimos años de la historia de este pueblo?

La política debería ser el arte de lo posible, pero algunos políticos se empeñan en que no haya soluciones ni avances, en que sea el arte de lo imposible.

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