Fede de los Ríos
Ni a la de tres
Lograr que la sede olímpica de 2020 fuese Madrid reforzaría la Marca España y con ello, un despegue económico que nos sacaría de la crisis. Y a Buenos Aires querido fueron a recibir a Mister Marshall
Habían puesto muchas expectativas en los Juegos Olímpicos. Lograr que la sede olímpica de 2020 fuese Madrid reforzaría la Marca España y con ello, un despegue económico que nos sacaría de la crisis. Eso decían la totalidad de los medios del Régimen. Iba a resultar una «inyección de moral e ilusión» que haría volver la confianza hacia España de propios y extraños. Un nuevo plan Marshall. Y a Buenos Aires querido fueron a recibir a Míster Marshall para darle la bienvenida la alcaldesa de las alcaldesas, esposa del Líder y mujer de verbo fluido y gráciles gestos. De tal facilidad para el de por sí difícil arte de la oratoria que sólo precisó de tres semanas, tan solo tres, para ensayar el discurso, sus gestos, las pausas, los énfasis, la tonalidad y una expresión corporal francamente expresiva. «Como alcaldesa de Madrí que soy, os debo una explicación, y esa explicación que os debo, os la voy a pagar. Que yo, como alcaldesa de Madrí que soy, os debo una explicación, y esa explicación que os debo, os la voy a pagar, porque yo, como alcaldesa de Madrí que soy....» Y la dio.
Políglota como su Josemaría, Annie Bottle explicó al auditorio lo seductor de una cena romántica en la España de los Austrias y del «relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor». El objetivo: conseguir los Olimpics Games. El resultado: «Spain, 0 points». Así que Game Over, querida Annie.
Varios son los factores del fracaso de la candidatura. Aparte de la envidia generalizada del resto del mundo hacia los españoles, creo que hubo pequeños fallos que no ayudaron al éxito en la empresa. El discurso de la Bottle, «Ampolla» en català, «Botila» euskaraz, «Uter» en latín, «Chupa» en suajili, lo escribió un yankee. De ahí el «romanticismo» de los Austrias. Piensan los yankees que Felipe II, por la capa y los leotardos, era de la tuna y a los sobrinos de Sam la tuna les transporta a la romántica época de la Inquisición española. ¿El café relajante? Mucha cafeína no lleva. Lo que yo creo es que Terrence Burns, preparador del equipo Madrid 2020 y hacedor de todos los discursos, quiso decir laxante. Por su excelente labor de asesoría dicen que Burns tan solo ha cobrado alrededor de millón y medio de euros. Del erario, claro está. Si Ana hubiese hablado del mucho más relaxing cocido, de los tranquilizadores y románticos callos, del bocadillo de calamares o de las mismas porras a las que son tan aficionados los del PP para relajar al personal.
Otro error fue el vestuario de la delegación. Aunque de color rojo, a la postre resultó frío a los del COI.
Para ellas, yo hubiese combinado peineta con mantón de manila, ganando así en altura, pero reemplazando, permitirme el atrevimiento, el vestido chinés por el traje de Manola, que estiliza y luce mucho más, vas a comparar. Ellos, o bien de chulapos de chaleco con clavel en la solapa, pantalones oscuros y ajustados, gorra negra a cuadros, botines y pañuelo blanco al cuello, o bien de majos goyescos con redecilla para el pelo, chaquetilla, calzón hasta las rodillas y medias.
Lo importante, no desanimarse. Otra vez será. Gracias por hacernos disfrutar tanto.