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Isabel Pozueta (*) Brigadistas de Askapena

Euskal Herria-Sahara, realidades que confluyen

Durante los 15 días en los que compartimos vida con mujeres y conocimos una realidad cultural en la que la expresión de su identidad nacional está prohibida por Marruecos

La vida nos ha permitido como brigadistas de Askapena conocer este mes de agosto al pueblo del Sahara y la realidad de sus gentes. Previo paso por Marruecos, concretamente desde Marrakech, iniciamos nuestro viaje hacia El Aaiún e iniciamos instintivamente un proceso de comparación entre la realidad de nuestro pueblo, Euskal Herria y el pueblo saharaui.

Para las autoridades marroquíes el hecho de que se muestre inquietud por saber lo que está pasando en el Sahara Occidental no resulta bien recibido, y por ello a su vez nuestro recibimiento a lo largo del recorrido tampoco fue un camino de rosas: 4-5 controles en los que se preocupaban por la razón del viaje, nuestra ocupación, destino (al parecer las personas con ocupaciones que supuestamente fomentan el espíritu crítico no son bien recibidas, periodistas, profesorado...), y otros tantos controles a la vuelta hasta que nos despidieron en el aeropuerto de Marrakech. Y comentábamos, «bueno, esto en Sakana lo vivimos día sí, y día también».

Durante los 15 días en los que compartimos vida con mujeres y hombres saharauis, conocimos una realidad cultural en la que la expresión de su identidad nacional está totalmente prohibida por Marruecos. Comunicarse y expresarse en hassania, su lengua, no es posible salvo en el ámbito privado de la casa, no existe un sistema educativo propio ni en su propia lengua, aquellas niñas o niños que se expresan en su lengua sufren burla, castigo, rechazo de gran parte de la comunidad educativa. Y volvíamos a comentar sobre la realidad de Euskal Herria en el franquismo y postfranquismo, e incluso en la actualidad. No podemos olvidar la situación actual del euskera en parte de Nafarroa.

Nos resultaba llamativa la prohibición de montar Haimas incluso en el desierto. Nos explicaban que la haima está unida a la vida del pueblo del desierto, pueblo como es el saharaui. La haima es parte de su identidad, y miles de haimas propiciaron el campamento de Gdeim Izik en el 2010 en el que el pueblo Saharaui comenzó la primavera árabe, según sus palabras. Esos dias finales del Ramadam asistimos a lo que llamaban «Haima Ramadania», espacio de confluencia de personalidades del mundo de la política, cultural... saharaui, una gran haima montada en la terraza de una casa particular saltándose las prohibiciones. De nuevo nuestras mentes se iban a la realidad de prohibiciones en Euskal Herria, en el pasado y presente, que impiden que un pueblo pueda vivir y expresarse como tal.

Compartimos tiempo, tes, dulces, bailes y también testimonios de diferentes ámbitos, en los que se nos mostró la discriminación que trabajadores, personas con discapacidad, familias, estudiantes... sufrían por el hecho de mostrar a Marruecos sus deseos de vivir como pueblo libre, tal y como vivían antes de ser colonizados, primero por España y posteriormente por Marruecos.

Recordamos en particular los testimonios de familiares de quince personas desaparecidas el 25 de diciembre del 2005, o las de familiares de presos políticos (67) que sufren la dispersión y las condiciones infrahumanas en cárceles a lo largo de la geografía del reino alauí. Y nuestra mente se iba a la realidad de lo 700 presos y presas políticas de Euskal Herria, sus familias y los desaparecidos como Mikel Zabalza, Jon Antza...

Todavía sin llegar a nuestro país, esperando al tren que nos acercaría a Eukal Herria, valorábamos la suerte que habíamos tenido por haber podido conocer, escuchar , vivir, quince días con las cinco mujeres y los dos hombres saharauis de la casa en la que vivimos, además de los cuatro jóvenes del grupo mediático que posibilitaron los contactos diarios.

También concluíamos que los pueblos dominadores y colonizadores, estén dónde estén, utilizan los mismos medios para amedrentar y dominar a otros pueblos. En 1991 la ONU reconoció el derecho a celebrar un referéndum que abordara el tema de la autodeterminación para el Sahara, derecho que hoy por hoy no se concreta. Además de la negativa de Marruecos, la sombra de Francia y, sobre todo, del Gobierno español, es muy alargada.

¿Por qué nos sonará tanto el tema a la ciudadanía de Euskal Herria?

(*) Firman asimismo este artículo: Maitane Intxaurraga, Zumai Olalde, Asier Segovia, Nerea Perez de Anuzita, Unai Palacios y Lur Balda.

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