En el año 2006, el Departamento de Industria del Gobierno Vasco hacía público un proyecto en el que, junto a otros parques eólicos, se contemplaba la construcción de quince aerogeneradores en el cordal que se perfila entre los montes Gazume y Mendibeltz. Al año siguiente, adjudicaba las obras a una empresa especializada.

La alarma cundió entre los grupos ecologistas y montañeros, que se plasmó en una gran manifestación celebrada en 2009 en el collado de Zelatun, a la que acudieron cientos de defensores de la integridad del paisaje de tan significado macizo.

Por fortuna, la actitud del Parlamento y del Ejecutivo de Gasteiz ha dado un giro radical en este proyecto: en 2011 el macizo Hernio-Gazume fue declarado Zona de Especial Protección (ZEC) y para apoyarlo se ha inaugurado este mismo año en Alkiza un interesante Centro de Interpretación.

Por esta vez la cordura ha prevalecido y ahora, ya sin amenazas, podemos disfrutar de estas montañas, por las que pueden seguir soplando los vientos en libertad.

La concurrida ruta de Hernio

Para reanudar la temporada, proponemos un recorrido cómodo y asequible por estas montañas salvadas de la destrucción. La vieja venta de Iturriotz, hasta la que podemos llegar en coche desde el puerto de Andazarrate, será el punto de inicio de nuestro paseo. Por aquí cruzaba, rumbo al collado de Komisolatza y al valle del Urola, una de las más antiguas rutas de penetración en el interior de Gipuzkoa. Como muchos otros viajeros, por ella llegó en 1535 un Ignacio de Loyola enfermo camino de su casa solar de Azpeitia. Cuenta la tradición que el futuro santo pernoctó en Iturriotz en la última etapa de su largo viaje desde Paris.

El nombre de la enorme venta se lo debe a la cercana ermita de San Juan, las aguas de cuyo manantial se decía que eran beneficiosas para la curación de enfermedades de la piel.

Junto a la ermita cruzamos el puente que salva el arroyuelo e iniciamos el ascenso por un camino ancho de pendiente mantenida. Nos encontramos en una ruta muy concurrida, porque es la misma que lleva a la popular cima de Hernio.

Compartiendo itinerario con los numerosos montañeros que visitan esta emblemática cima, dejamos atrás el bosque de alerces y ascendemos hasta el despejado collado de Leizeberriko gaina (15 min), que nos abre el horizonte hacia la barrera de cumbres de Hernio y Gazume.

Pronto llegamos hasta al cruce de Sagain, marcado por un indicador (25 min). Aquí dejaremos a un lado la transitada ruta de Hernio, para adentrarnos hacia la derecha, siguiendo la dirección de «Gazume».

Ascendemos ya casi en solitario por una hondonada herbosa hasta ganar un terreno de pastizal (30 min). Junto a la barrera rocosa que tenemos al frente continúa el sendero, que nos lleva, siguiendo paralelo a un muro de piedra, hasta el emplazamiento de una borda derruida. Cuando alcanzamos el altozano, observaremos a nuestra izquierda otra borda enclavada unos metros por encima de nosotros. Nos acercaremos a ella. Nuestro cometido ahora será superar directamente el fuerte repecho de hierba que tenemos frente a nosotros.

Sin cruzar el cercado de piedra que asciende en paralelo a nuestra derecha, vamos ganando altura. Ya en la parte alta de la pendiente, cruzamos la barrera de piedra y nos dirigimos por los altos directamente hacia la cumbre de Gazume (NO), que observamos ya cercana frente a nosotros.

Cumbre de Gazume (997 m) (50 min). Frente a nosotros se levanta imponente la masa pétrea de Hernio. No será nuestro rumbo de hoy. En dirección oeste enfilamos el cordal herboso, dirigiéndonos ahora hacia la loma de Mendibeltz.

Tras alcanzar Mendibeltz (962 m) (1h 05 min), descendemos directamente por la ladera opuesta (O) siguiendo las trazas de una antigua pista en dirección hacia en el límite mismo del bosque de cipreses Lawson (1h 15 min). Allí nos cruzaremos con la pista que llega desde el collado de Komisolatza. Seguiremos brevemente por ella hacia la derecha (N) adentrándonos en el bosque. Cuando el perfil inicie un descenso y se abra la barrera de cipreses, dejaremos la pista para abordar a la derecha un camino apenas perceptible en su inicio (cairn) (1h. 20 min).

Pronto el camino se afianza y gana anchura. Manteniendo en todo momento a nuestra derecha la frontera verde de los cipreses, llegamos a un cruce de pistas cuyo ramal más elevado está cortado por un árbol caído (1h 30 min). Aquí deberemos tomar la pista descendente hasta cruzarnos con otra que nos permitirá, bajo la sombra de hayas y alerces, regresar al punto en el que hemos iniciado el ascenso a las pendientes de Gazume. Desde este lugar no tendremos sino repetir la ruta de la subida para regresar a Iturriotz (2h 15 m).