La victoria en Baviera de la CSU impulsa a Merkel, pero con matices que pueden cambiar el cálculo
A cinco días de las elecciones generales del próximo domingo en Alemania, los resultados electorales de Baviera han dado un impulso a Merkel que conviene matizar. El triunfo de sus aliados de la CSU ha sido inapelable. Tras 56 años de gobierno, en el próspero estado sureño, con casi el 50% de los votos, el gobernador Horst Seehofer revalida la victoria. Este carismático político conservador, que algunos analistas presentan como el único que podría eventualmente hacer sombra a Merkel, ha demostrado que los votantes se concentran menos en los programas o en el factor ideológico y que apuestan más por los ganadores, por líderes solventes. Su victoria envía una señal poderosa que podría movilizar aun más a los votantes de Merkel.
Pero sus socios de coalición, los liberales del FDP, solo obtienen un pírrico 3%. Si se confirmaran el próximo domingo, los cálculos podrían cambiar. Aunque las matemáticas dicen que una coalición rojo-rojo-verde entre el SDP -que la ha rechazado-, Die Linke y Los Verdes podría ganar, queda por ver qué decide Merkel: si apuesta por reeditar la coalición con el FDP o si propone la «gran coalición» SDP-CDU.