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pacto PNV-PSE

Urkullu celebra la vuelta a las «complicidades» con el PSE

El lehendakari contrapone este acuerdo para «crecer desde la pluralidad» con la «política de bloques y división» que inauguró hace quince años Juan José Ibarretxe y que continuó Patxi López

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Iñaki IRIONDO | GASTEIZ

El lehendakari, Iñigo Urkullu, su antecesor y secretario general del PSE, Patxi López, y el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, se reunieron ayer en Lehendakaritza para suscribir el «Acuerdo para conseguir una Euskadi más moderna, solidaria, sostenible y competitiva». El acto de la firma se realizó en una sala relativamente pequeña, en un capítulo reservado solo para cámaras de televisión y fotógrafos. Después, los tres bajaron a la sala de prensa de las grandes ocasiones, donde se habían dispuesto tres atriles exactamente iguales.

Habló primero el secretario general del PSE, Patxi López, al que sus dos acompañantes jeltzales reiteraron expresamente su condición de lehendakari. Luego tomó la palabra el presidente del EBB, Andoni Ortuzar. Cerró los discursos el lehendakari, Iñigo Urkullu. Las tres intervenciones elogiaron no solo el contenido del pacto, sino el mero hecho de haber querido y podido llegar a un acuerdo.

De quince en quince años

En este contexto, resultaron especialmente significativas unas palabras de Iñigo Urkullu, al destacar en su discurso que analizaba el acuerdo «desde una perspectiva histórica» .

Según la visión del lehendakari, «desde mediados de los años 80 se tejieron unas complicidades políticas para construir Euskadi desde la democracia y en base a valores compartidos: el autogobierno y la recuperación económica. Vivimos quince años de determinados entendimientos y acuerdos, de compromiso con un proyecto compartido», destacó.

Cabe recordar que lo que ocurrió a mediados de la década de los 80 fue la escisión en el PNV, y la sustitución en Ajuria Enea de Carlos Garaikoetxea por José Antonio Ardanza, que comenzó gobernando con un pacto de legislatura con el PSE, al que luego incluyó en coalición en sucesivos gobiernos, salvo un breve paréntesis de siete meses. En 1998, en puertas del Acuerdo de Lizarra-Garazi del que se acaban de cumplir quince años, el PSE escapó del Gobierno. Tras las elecciones autonómicas, a Ardanza le sustituyó Juan José Ibarretxe, que inauguró acuerdos tripartitos con EA e IU, apoyado inicialmente por Euskal Herritarrok. Intentó la renovación del estatus político y una consulta.

Según el análisis de Iñigo Urkullu, esta época de gobiernos de Ibarretxe y la posterior del pacto PSE-PP merecen la siguiente descripción: «Los últimos quince años en Euskadi ha primado más el enfrentamiento y la confrontación, y más la política de bloques y división, que la [política] del diálogo y el debate en la búsqueda de consensos sólidos».

Por último, el reencuentro del PNV con el PSE en el pacto firmado ayer «quiere y puede abrir un nuevo tiempo. El tiempo de tejer complicidades de una Euskadi que quiere crecer desde la pluralidad, el trabajo común y el acuerdo. Este acuerdo abre un nuevo periodo de posibilidad de encuentro y de concertación. El país lo necesita y nos lo reclama. Lo necesita el país y lo necesita la política».

Cambio de ciclo

Pese a que el pacto se centra en un acuerdo de medidas económicas, cambios en materia fiscal, mantenimiento de los servicios sociales y la revisión de la arquitectura institucional, en todas las intervenciones se marcó de una u otra forma que estamos ante un cambio de ciclo.

Andoni Ortuzar aseguró que «Euskadi se abre hoy a un nuevo futuro». Añadió que «es un gran día para el conjunto del pueblo vasco» porque este acuerdo «consolida y refuerza el modelo social vasco, el conocido 'modelo Euskadi'». Explicó que las certidumbres que plantea «nos van a permitir centrar todo nuestro esfuerzo en el estímulo de la economía y la creación de empleo».

Patxi López señaló que el acuerdo ni es un cheque en blanco al PNV ni un pacto de legislatura. Tampoco «es un compromiso forzado por las circunstancias», sino «sustentado en convicciones profundas» y «en el reconocimiento de que Euskadi tiene un ser plural».

Tanto Urkullu como Ortuzar y López insistieron en que el pacto está abierto al resto pero -como aclaró el presidente del EBB- «para mejorarlo», no para «desnaturalizarlo». López aclaró que, si hay diferencias fiscales, ahí está la vía de la «armonización» desde el Parlamento.

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