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Crónica | Y el estadio vibró

San Mamés sigue sonando al unísono con su equipo

No hay duda. El nuevo San Mamés sigue rugiendo igual que el viejo. Cambian los tiempos, las localidades, pero la afición sigue siendo la misma y apoya a su equipo en todo momento. Porque por encima del hormigón o los nuevos accesos o ubicaciones, es la gente la que hace diferente a este estadio y mantiene esa mística con el equipo, a pesar de todas las adversidades.

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Manex ALTUNA

En una primera vista, el nuevo estadio recuerda mucho al del Sporting de Lisboa o al de la final de Bucarest. Será también porque tampoco uno conoce muchos más estadios que los que visitó el Athletic hace dos temporadas, pero se puede decir que tiene un sabor europeo. Como han repetido en todos los medios desde que se anunció la construcción del nuevo campo, un estadio cinco estrellas. Aunque todavía está en construcción y habría que hacer una valoración cuando esté total- mente finalizado. Las numerosas escaleras que hay que subir para llegar a algunas localidades y que el reloj apenas se ve en el nuevo marcador, eran algunas de las quejas.

Destaca la verticalidad de las gradas y el ruido es atronador cuando la afición aprieta. Los pitidos que se escucharon a los diez minutos de comenzar el encuentro en protesta al árbitro por no amonestar a un jugador del Celta fueron la demostración más palpable. San Mamés sigue siendo San Mamés.

Nadie quería perderse el estreno y para cuando saltaron los dos equipos a calentar había mucho movimiento en las gradas. El Athletic se colocó en la portería del fondo norte. El Celta, al otro lado, frente al toldo rojo con el nombre de San Mamés y los logos de las instituciones que han financiado el campo -Athletic, Diputación de Bizkaia, Kutxabank, Gobierno de Lakua y Ayuntamiento de Bilbo-. ¿Una señal de quien paga manda? Para que luego digan que la política no se debe mezclar con el deporte.

Al igual que en el desaparecido San Mamés, el conjunto rojiblanco quería atacar en el segundo tiempo en la portería del fondo norte. Aún con más razón en este estreno, ya que en la otra no hay aficionados para apretar al contrario si hace falta. Sin embargo, en el sorteo el Celta desbarató los planes del equipo rojiblanco. El Athletic acusó el golpe y San Mamés se quedó mudo con el gol del Celta.

En las gradas, la mayoría de aficionados disfrutaba del nuevo estadio antes de empezar el partido. Fotografías aquí y allá para subir a las redes sociales y preguntas a los «txapelgorris» por las localidades.

La prensa también estrenaba ubicación y, al contrario que en el viejo campo, está situada en lo alto de la Tribuna Principal. Desde ahí, se podían ver las grúas y camiones que están construyendo la grada que falta.

Aplausos y Aída

Según se fue acercando la hora del estreno, el rojo de los asientos fue desapareciendo y apenas quedaron algunos huecos. Muy pocos, y se puede decir que San Mamés se vistió de gala. Aún así, faltaba algo. No se veían banderas ni pancartas. En el fondo norte, la grada de animación, era la única que aportaba un colorido diferente y de reivindicación. Piratak y Herri Norte taldea colocaron sus enseñas en la salida del córner y una ikurriña con la foto de Iñigo Cabacas. Durante el partido también recordaron en varios cánticos al aficionado muerto tras recibir un pelotazo de la Ertzaintza. Fueron los que más animaron, como ocurría en el viejo estadio, cuando se complicó el partido. Con los goles todo fue mucho más fácil y hasta el speaker se lanzó a corearlos. Empezaron a resonar los aplausos y también la ópera de Aída, ya convertida en cántico habitual de la afición del Athletic.

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