La delegada general admite los malos datos de Onkologikoa
Almudena Moreno, delegada general de Onkologikoa, compareció ayer en la comisión de Salud, en la Cámara de Gasteiz. Habló de datos poco halagüeños en lo que respecta a ocupación, actividad o presupuesto, achacándolo, sobre todo, al exceso de capacidad del centro. La salida está, a su juicio, en el Plan de Actuación que presentó antes del verano y que contempla una integración funcional con el Hospital Donostia, descartando por completo entrar en Osakidetza.
Oihane LARRETXEA | GASTEIZ
El nuevo concierto económico que firmarán antes de fin de año el centro Onkologikoa de Donostia y el Departamento de Salud de Lakua será el marco del proceso de integración funcional con el que trabajarán ambos centros. La unificación estructural, es decir, la integración plena del centro para la prevención y tratamiento del cáncer de la capital guipuzcoana en la red pública sanitaria está descartada, si es que los responsables llegaron a barajar esta posibilidad alguna vez.
Este extremo lo confirmó ayer la propia delegada general de Onkologikoa, Almudena Moreno, que compareció en la Comisión de Salud de la Cámara de Gasteiz a petición de EH Bildu junto a Carlos Ruiz, presidente de la Obra Social de Kutxa y Josean Alberro, director médico del centro. Según admitió Moreno, cuando en noviembre del pasado año fue elegida para desempeñar su actual cargo se encontró con una situación económica «muy deteriorada». «Tras meses de estudio y reflexión presenté un plan para ejecutar en cinco años», explicó.
Con este plan de actuación que se ha comenzado a ejecutar en este 2013, y que se prolongará hasta 2017, pretende ofrecer «un servicio oncológico único y de calidad». De hecho, aseguró que después de que en abril se pusieran en marcha los primeros grupos de trabajo conjuntos se ha notado cierta recuperación en la actividad como en radioterapia y endoscopias. Aventuró que «en unos meses» mejorará la ocupación.
Lo cierto es que GARA pudo confirmar que el lunes el número de pacientes ingresados en el centro donostiarra era de veinte, mientras que ayer eran 26 las camas ocupadas de 75 que hay en total. Asimismo, uno de los dos controles que abarca cuarenta camas permanece cerrado.
Rebeka Ubera y Blanca Roncal, desde EH Bildu y PSE, respectivamente, recordaron a Moreno que la mayoría del Parlamento de Gasteiz respaldó la integración de Onkologikoa en Osakidetza. «No contar con el apoyo de esta Cámara es un handicap para poder solucionar esta situación. Solo espero que hagan las cosas como se tienen que hacer», le advirtió Roncal.
Mientras PNV y PP se mostraron favorables a prorrogar el concierto económico, Ubera consideró que todo ello «no garantiza que este hospital no vaya desmantelándose y acabe siendo vendido a alguna empresa privada».
A esto Ruiz respondió tajante. «Jamás va a ser un hospital privado ni jamás se lo vamos a vender a nadie», dijo.
Oferta y demanda
Aunque Moreno señalara un repunte en la actividad, ella misma admitió que los datos no son buenos. Lo achacó al «exceso de capacidad» de Onkologikoa, que atiende el 30% de la incidencia del cáncer, mientras que el resto los lleva el Hospital Donostia. «Cuando llegué me encontré con un hospital sobredimensionado. En un hipotético caso de que se diera la integración orgánica -dijo- habría un exceso de capacidad, porque no hay tantos pacientes de cáncer».
Para Ubera resultó inexplicable que desde Onkologikoa se confirme que hay poca actividad y que a su vez en la red pública haya listas de espera.
Los oncólogos madrileños que propusieron a Moreno para dirigir y gestionar Onkologikoa y que forman la empresa privada Europe Oncology, siguen realizando labores de asesoramiento, según admitió ayer la delegada general.
«Hay que hacer una revisión de costes -dijo Moreno-. Onkologikoa, cuyos ingresos dependen del sector público, no vive al margen de la crisis, así que sufrirá un recorte como el resto de centros hospitalarios».
La situación económica de Onkologikoa, que la delegada general calificó de «muy mala», fue otro de los asuntos más destacables de la comparecencia, porque desde que llegara Almudena Moreno a la dirección del centro, a propuesta de un comité de oncólogos madrileños con raíces en la empresa privada, ha habido despidos, cierres de controles e infrautilización de servicios y tecnología.
Moreno confirmó que sí ha habido despidos, aunque matizó que no habían sido «traumáticos». «No han denunciado ni se han quejado», llegó a declarar.
Sobre el cierre de uno de los controles dijo ser una práctica habitual en verano por la falta de pacientes, y que este tipo de medidas son «parches» que han existido «ahora y siempre» para que la actividad se sostenga.
El alquiler de ciertos espacios del centro a terceros para garantizar ingresos, como lo hará con el centro de investigación Cita-Alzheimer, es otro de los recursos que ha empleado la nueva dirección. «No es plato de buen gusto que esté en tu casa alguien que nada tiene que ver con la oncología -admitió Moreno-, pero el 50% de las infraestructuras están sin utilizar, y no se van a utilizar en los próximo cinco años». O.L.
