La reorganización de la Atención Primaria en Nafarroa que impulsa Marta Vera está encontrando una fuerte contestación social. La consejera navarra está moviendo médicos y enfermeras de varios centros, para llevarlos a zonas recientemente pobladas, provocando un baile de tarjetas sanitarias y confusión entre los usuarios. La Plataforma Navarra por la Salud salió ayer a rebatir las explicaciones de la consejera, asegurando que esta reorganización pretende ocultar la falta de facultativos para atender a la población.

La plataforma, que está convocando concentraciones en los centros de barrio de donde se están llevando a médicos y enfermeras, sostiene que con estos movimientos Nafarroa ha perdido el ratio de pacientes por cada unidad asistencial (médico-enfermera) que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Dabid Mendaza explicó que Nafarroa dará un salto de las 1.450 personas por cada unidad asistencial a 1.650. Y que esto son «habas contadas», fruto de la división de la población por el número de unidades asistenciales. La recomendación de la OMS es que no se superen las 1.400 personas por unidad. En el caso de Pediatría, el máximo de la OMS se cifra en 800 usuarios por cada unidad, y en Nafarroa se rondan los 1.100.

La Plataforma Navarra por la Salud - que también está llevando a cabo recogidas de firmas para intentar paralizar el proceso- asegura que la consecuencia de estos recortes es que «o bien los pacientes tendrán que esperar más días para ser atendidos, o bien habrá que dedicar menos tiempo de consulta a cada uno de ellos».

Protestas en barrios y pueblos

Mendaza expuso que centros de las zonas de Iruñerria recientemente pobladas (como Sarriguren o Buztintxuri) estaban deficientemente atendidas y que se deberían haber creado allí nuevos puestos de trabajo. Concretamente, el ratio en algunas de esas poblaciones superaba las 2.000 personas. En lugar de contratar, Vera está optando por llevarse a trabajadores de otros barrios, generalizando el problema de la desatención. De hecho, el portavoz de la plataforma augura que, después de este proceso que se está llevando a cabo, desaparecerán entre 50 y 60 plazas entre médicos de cabecera y enfermeras.

Ejemplo de esto es lo que está ocurriendo con el centro de Salud de Alde Zaharra de Iruñea, de donde han desaparecido un médico, una enfermera y un administrativo. La reducción de plantilla ha provocado que el centro tenga que cerrarse por las tardes. Y, además, casi 1.500 personas tendrán que cambiar de médico de cabecera. Las concentraciones a las puertas de ese centro son todos los miércoles a las 10.50 horas. En situación similar se encuentran los centros de Sanduzelai o Burlata, cuyos usuarios también se han sumado a las movilizaciones para mantener el servicio.

Por otro lado, las calles de Iruñea aparecieron llenas de carteles animando a participar en la manifestación, que partirá el sábado a las 18.00 horas de la vieja estación de autobuses. Algunos de los vecinos afectados acudirán a la cita en columnas desde sus propios centros, como es el caso de Sanduzelai y Alde Zaharra.