La oposición de Bahrein anunció ayer que suspende su participación en el diálogo nacional con el poder, al día siguiente de la detención de uno de sus líderes, Jalil Marzuk, acusado de incitar a la violencia. Los grupos opositores denunciaron «un Estado policial» y la «obstinación del poder en su política represiva», y señalaron que su decisión «será revisada en función de los acontecimientos políticos».

Marzuk, «número dos» del principal partido de oposición en Bahrein, permanecerá 30 días bajo arresto mientras es investigado por «incitar al terrorismo en una serie de discursos», según el fiscal público de este reino del Golfo.

La detención de Jalil al Marzuk podría complicar los esfuerzos para poner fin a dos años y medio de crisis política en el país.