Claude Miller adapta en su obra póstuma «Thérèse D.» la novela de Mauriac
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
En «La pequeña ladrona» a Claude Miller le tocó terminar la película que Truffaut no pudo realizar antes de morir. Por su parte, no ha necesitado de ningún colaborador, dejando como obra póstuma su particular adaptación de la novela de François Mauriac «Thérèse Desqueyroux», que ya fue llevada a la pantalla en 1962 por Georges Franju con el protagonismo de Emmanuelle Riva y Phillipe Noiret. La pareja es reemplazada en la nueva versión por Audrey Tautou y Gilles Lellouche.
La narración de Miller es más lineal y en orden cronológico, además de ser fiel a la ambientación original de los años 20 en los escenarios naturales de Las Landas. El personaje de Thérèse es observado de forma externa, por lo que Audrey Tautou no recurre a la introspección psicológica. Su forma de manifestarse es a través del contacto desinteresado con el ambiente provinciano y burgués que la oprime, dentro de una monotonía que es el caldo de cultivo de su existencialismo más intimo.
Su desidia proviene de un matrimonio de conveniencia pensado para reunir a las dos familias con mayores propiedades de pinares en Las Landas. No siente nada por su marido, al que a su vez sólo le atrae la caza. Ella mantiene una relación más cercana con la cuñada, a la que conoce desde la niñez.