El exceso de aprovechamiento del solar donde se emplazaba la anterior sede de Iberdola, en la céntrica calle Gardoqui, está en el origen del polémico convenio en el que el Consistorio, Bilbao Ría 2000 y la eléctrica pactaron la construcción de la torre de Abandoibarra. Bildu viene denunciando que el Gobierno Azkuna no supo negociar con la multinacional y menos modificar a favor de los intereses públicos los coeficientes de ponderación por los que se rigen esas operaciones urbanísticas, algo que el PNV ha negado reiteradamente y ha tratado de desacreditar esa tesis.

En el pleno extraordinario del 16 de julio, en el que se aprobó habilitar un crédito adicional de 12 millones de euros para abonar a la entidad interinstitucional la indemnización por la «pérdida» generada por la actualización, a precios de mercado, del valor de las unidades que le habían sido transferidas en 2005, Bildu insistió en que el Ayuntamiento podría haber adaptado «a la realidad» los coeficientes de uso en esa manzana del centro.

La edil Aitziber Ibaibarriaga aseguró que así la edificabilidad residencial hubiera sido menor y también la factura a cargo del Consistorio. Los coeficientes de ponderación por los que se rigió la operación fueron los de 1995, en los que se primaba al promotor de uso residencial frente al que construía edificios de oficinas. «En 2005, nadie se cree que el metro cuadrado de vivienda fuera más barato que el de oficinas», advirtió en julio la portavoz soberanista antes de subrayar que eso ha costado a las arcas municipales 20 millones de euros.

Ibaibarriaga indicó que aprovechando que había que modificar el Plan General para el cambio a residencial del solar de Gardoqui y desproteger la antigua sede de la eléctrica, se podría haber acometido el cambio y fijar los nuevos atendiendo a los valores reales del mercado. No se hizo y en el debate que suscitó el asunto en el pleno, Ibon Areso no lo llegó ni a insinuar.

En Junta de Gobierno

Al día siguiente de la sesión plenaria, la Junta de Gobierno modificó esos coeficientes de ponderación para el tratamiento de las unidades de aprovechamiento, dando de este modo la razón a los argumentos de Bildu. Si la habilitación presupuestaria millonaria se hizo en julio, lo que concitó las suspicacias de la oposición, algo similar sucede con esta decisión del equipo de gobierno de Iñaki Azkuna, rubricada el 17 de julio.

Bildu viene defendiendo que el resultado del convenio es «ruinoso» para el Consistorio, ya que lo que realmente se ha hecho no es la recompra del aprovechamiento urbanístico sino devolver a Ría 2000 «el favor que le hizo a Iberdrola de rebajarle 20 millones el precio del solar de Gardoqui».

La coalición acusó al PNV de haber permitido a Iberdrola tener derecho a un aprovechamiento valorado en esa cantidad, por no haber modificado los coeficientes fijados en el PGOU de 1995 entre el uso residencial y el terciario para primar al primero para que el Ensanche se poblara.

En opinión de los soberanistas de izquierda, el Ayuntamirnto tenía margen de negociación suficiente con la eléctrica para haber presionado a la baja la deuda municipal de 20 millones; bien a través de un compromiso de renuncia voluntaria, total o parcial, de Iberdrola al aprovechamiento que no se podía materializar -el del patio, que era aproximadamente de 9.000 metros cuadrados- o bien pactando hasta la revisión de los coeficientes. No se hizo en 2005 y ahora, ocho años después, cuando se pagan las consecuencias de la operación con dinero público, el PNV afronta ese cambio.

Con esa modificación, el Ayuntamiento reconoce que podría haber adaptado a la realidad del mercado inmobiliario los coeficientes de uso de modo que la edificabilidad residencial que se autorizó tuviera más valor y la terciaria -las oficinas- que se derribó, menos.