El presidente de Irán, Hassan Rohani, aseguró que su Gobierno no quiere la guerra con ningún país de la región, en referencia a Israel, y no va a desarrollar nunca armas nucleares. Asimismo, expresó su deseo de que «el pueblo sea completamente libre en su vida privada» y se comprometió a respetar «el acceso a la información y las libertades de expresión y de opinión». Las declaraciones de Rohani, en una entrevista difundida ayer por NBC News, se suman a varios gestos de buena disposición hacia Occidente antes de participar en la Asamblea General de la ONU.

«Lo que deseamos para esta región es un gobierno basado en la voluntad del pueblo. Creemos en las urnas», añadió.

Previamente, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, había revelado el intercambio de varias cartas con su homólogo iraní.

Rohaní afirmó que este contacto inicial con Obama ha sido «positivo y constructivo» y confió en que pueda ser el comienzo de un cambio de «atmósfera» en la relación bilateral y con el resto de potencias occidentales. Podría haber «pasos pequeños y sutiles que lleven a un futuro muy importante», indicó.

El presidente iraní recordó que Obama le envió una carta poco después de su llegada al poder en agosto, y que él respondió con otra misiva a la Casa Blanca.

Abogada liberada

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, saludó las declaraciones de Rohani afirmando que a Teherán le interesa «colaborar con la comunidad internacional». En el mismo cambio de atmósfera, el pasado miércoles fue liberada la abogada Nasrin Sotoudeh, encarcelada por su activismo en favor de los derechos humanos, con otros opositores políticos. Sotoudeh confirmó que ha sido «liberada definitivamente» y que retomará su actividad como abogada y defensora de derechos humanos.