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61 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE CINE DE DONOSTIA

La expectación crece año a año

La 61 edición ya es un éxito antes de empezar. Donostia Zinemaldia crece año a año, confirmando que se trata del festival de cine internacional de máxima categoría más abierto al gran público. El primer día en que se pusieron a la venta las entredas ya se batió un récord histórico.

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Mikel Insausti Crítico cinematográfico

Las cifras son las cifras. Los números no engañan y le dan la razón a la gestión de José Luis Rebordinos al frente de Donostia Zinemaldia. Ha conseguido potenciar aún más la conexión con el gran público establecida en su momento por Diego Galán. Y no es únicamente una fría cuestión estadística, porque las ganas de cine por estas fechas se palpan en el ambiente. Los familiares te llaman por teléfono y te preguntan por la programación, pero es que cada vez hay más gente que te para en la calle interesándose por tal o cual película.

Existe la creciente sensación en la calle de que si no espabilas a la hora de comprar las entradas te puedes perder algo importante. Y es cierto, porque las localidades de muchas sesiones ya están agotadas, con el problema añadido de que algunas de esas películas no llegarán a estrenarse comercialmente. Otras, fuera del fenómeno mediático festivalero, pasarán simplemente desapercibidas en medio de la cartelera.

El formato festival de cine cobra fuerza frente a la bajada del número de espectadores en las salas de cine a lo largo del año. Las redes sociales, sobre todo, imponen el sentido de la cita, de la experiencia compartida. Ya no hay romanticismo alguno en perderse dentro de la sala oscura de forma totalmente anónima.

La Sección Oficial cuenta con películas con repartos muy atractivos.

El la reciente trayectoria se ha venido mucho insistiendo en que las estrellas han de llegar a Donostia promocionando alguna película, y no s0lo para hacer turismo. Por eso se creó el Premio Donostia, que tras el desparrame del sesenta aniversario vuelve a ser entregado a pares, siendo los afortunados Hugh Jackman y Carmen Maura, que presentan respectivamente «Prisoners» y «Las brujas de Zugarramurdi». La película de Denis Villeneuve llega precedida de unas excelentes críticas, que la comparan con «Seven».

Pero hay muchos otros títulos, dentro y fuera de concurso, con repartos estelares suficientemente nutridos como para conseguir una buena representación para la alfombra roja y las ruedas de prensa. Incluso el propio jurado resulta de lo más interesante. Los cinéfilos y cinéfilas podrán disfrutar con el genial Todd Haynes como presidente, y quienes prefieran a los famosos y el photocall contarán con la hermanísima de Carla Bruni. Y, por si fuera poco, el mexicano Diego Luna o el músico David Byrne dan para los dos tipos de fauna festivalera.

En cuanto a la programación en sí, se ha acertado ya de entrada con los títulos para la inauguración y la clausura, debidos a Juan José Campanella y Jean-Pierre Jeunet. Simbolizan además el equilibrio entre el cine en castellano y francés, con el hablado en inglés completando el tripartito. Así, Manuel Martin Cuenca y David Trueba habrán de competir con nada menos que Tavernier y Dupeyron, con permiso de Atom Egoyan, Roger Michell o Denis Villeneuve, al que tenemos por partida doble con sendos rodajes en inglés.

Secciones rejuvenecidas como relevo a la vieja cinefilia.

La inclusión como novedad de la sección Savage Cinema define bastante las intenciones rejuvenecedoras de Rebordinos. Son documentales sobre deportes de riesgo y aventura extrema patrocinados por la más conocida de las bebidas energéticas, con lo que queda todo dicho. Al público más joven va también enfocada la sección temática de este año, bautizada como Animatopia, y que recoge la animación reciente más creativa.

La retrospectiva clásica se queda un tanto perdida entre tanto nuevo realizador, aparte de que al estar dedicada a Nagisa Oshima tiene una considerable pega: es uno de los cineastas japoneses más distribuidos en Occidente y los festivales suelen ser una buena ocasión para descubrir la producción asiática que nunca llegó a nuestras salas.

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