Pleno de Política general en Gasteiz
Urkullu a López: «Hemos firmado un pacto para construir juntos el futuro»
El Pleno de Política General oficializa el cambio del guión con el que el PNV empezó la legislatura y abre un periodo que tiene por objetivo para el PSE, según Joseba Egibar, las elecciones locales
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
Perdonen que comience con una confesión personal, lo que probablemente violará un montón de reglas periodísticas, pero tengo que escribirlo: el de ayer fue el Pleno de Política General más aburrido que recuerdo en el Parlamento de Gasteiz, y no creo haberme perdido ninguno desde 1989.
No hubo chispa política porque el lehendakari se encargó de apagar cualquier rescoldo que pudiera aparecer. El tono monocorde de su discurso se vio agravado por la falta de novedades en el fondo. La economía va mal, pero con esfuerzo saldremos adelante en el futuro. Sobre la paz y la convivencia, ahí están el plan, la ponencia y la necesidad de hablar entre todos. Pareció que algo podría ocurrir, quizá hasta saltar la noticia, cuando en el turno de réplica dijo que «se me ha emplazado a definir o a concretar cuál es el planteamiento que yo tengo sobre el nuevo estatus jurídico político de la Comunidad Autónoma de Euskadi. Pues bien...» Y ni bien, ni mal. Nada. En lugar de exponer su propuesta pidió que se acepte que sea el Parlamento el foro en el que se hable de ello. «No voy a caer en el riesgo -explicó- de que queriendo atender un emplazamiento una iniciativa planteada por el lehendakari pueda ser motivo de enfrentamiento o de división». Nos remitió al programa del PNV.
Los emplazamientos al acuerdo como mantra y el catálogo de datos y medidas referidos a la gestión aplanaron el tono del debate. En unos casos pareció un cronista y en otros un árbitro. Pero en ningún caso adoptó el papel de líder que corresponde a un presidente. Y no se sabe si por contagio, o porque no hay para más, tampoco ninguno de los portavoces del resto de grupos consiguió levantarlo, ni ofrecer un enganche que sirviera para dotar de algo de pulso u ofrecer, al menos, algún intercambio de golpes dialécticos.
El concepto de «vía vasca» puesto a correr recientemente por EH Bildu fue recogido por algunos otros de los portavoces, pero el uso dado no fue más allá de lo anecdótico.
Sin ostentación del pacto
Iñigo Urkullu llegaba a su primer Pleno de Política General en mejor posición de la que salió del de investidura. Traía un pacto recién estrenado con el PSE que le cubre las espaldas en cuanto a la estabilidad presupuestaria y de gestión para el próximo ejercicio y quizá para lo que quede de legislatura.
Pero no quiso el lehendakari alardear de ello. Sí que agradeció a PNV y PSE «la visión, disposición y trabajo desarrollado» para alcanzar «un compromiso de gran entidad y alcance». Pero no hubo mucho más.
Y no es porque Iñigo Urkullu no dé trascendencia a ese pacto. Lo reflejó en el turno de réplica, cuando dio muestras de estar algo molesto porque Patxi López pareciera atribuirse «que la historia del universo y el libro de Génesis empiezan con usted o con el Partido Socialista».
Fue en ese episodio cuando el lehendakari le dijo al secretario general del PSE que «hemos firmado un pacto no para valorar el pasado, sino para construir juntos el futuro».
«Municipales y forales»
¿Hasta dónde llega la vocación del PNV de construir el futuro junto al PSE? Para hallar alguna pista es mejor recurrir al análisis político del portavoz jeltzale, Joseba Egibar. A su entender, el PSE ha visto que en el futuro la política de la CAV va a moverse en torno a dos ejes, el PNV y la izquierda abertzale, y ahí el PSE ha decidido posicionarse, «cortando con Bildu en fiscalidad y en todo lo demás».
Según explicó Egibar, el paso del PSE de pactar con el PNV «es una cuestión estratégica». «Está claro que el PSE ha puesto la vista en las elecciones municipales y forales ¿o no veis eso? ¿Sí, no? No es tan difícil de verlo», recalcó el dirigente jeltzale.
Es decir, que cuando ahora se dice que el acuerdo alcanzado es trasladable al resto de instituciones, los dos partidos parecen estar pensando que también podría haber fórmulas de gobierno comunes tras las elecciones municipales y forales previstas para primavera de 2015.
Los tics del pasado
En la firma del acuerdo con el PSE, fue el propio lehendakari quien alabó las complicidades entre ambos partidos tejidas desde mediados de los años ochenta, y contrapuso aquel periodo de «valores compartidos», con los posteriores a 1998 en los que «ha primado más el enfrentamiento y la confrontación, y más la política de bloques y división, que la [política] del diálogo y el debate en la búsqueda de consensos sólidos».
Anteayer fue la presidenta del BBB, Itxaso Atutxa, quien afirmó que este «es el momento propicio» para recuperar «el espíritu de los gobiernos de Ardanza». No se refería solo a la relación con el PSE, sino también a otros acuerdos más amplios, aunque siempre estuvieron dirigidos por la coalición gobernante.
Y puede decirse que cada vez hay más elementos que hacen recordar a los tiempos de José Antonio Ardanza. Quizá sean detalles o meros lapsus. Por ejemplo, cuando el lehendakari dijo reconocer a Arantza Quiroga su dolor y el de todas las víctimas y el de todos los componentes del PP, del PSE y de UPyD y les recordó que «en el PNV también hemos sufrido los embates del terrorismo».
Fue Laura Mintegi quien le reprochó que también otros han sufrido el dolor y como Iñigo Urkullu había hablado de parlamentarios, le recordó las muertes de Josu Muguruza y Santi Brouard.
Es más, no fue esa la única vez que se olvidó de EH Bildu. Señaló que «se acaba el plazo para recibir aportaciones al Plan de Paz y Convivencia y haremos el máximo esfuerzo para que inquietudes y aspiraciones plurales, como se han expresado aquí por parte del Partido Socialista de Euskadi, Partido Popular o también UPyD, que se ha referido a la cuestión», se recojan.
Bilateralidad con Rajoy
En esta materia, además de buscar los acuerdos en el seno del Parlamento, Iñigo Urkullu abogó por tejer con el Gobierno español una «relación de mayor complicidad que se adecue de forma más eficaz a la realidad que vivimos». Añadió que «las razones para encerrarse en el inmovilismo de la política penitenciaria y las apelaciones a ilegalizaciones de formaciones políticas no son fáciles de entender». Y sostuvo que «la Junta de Seguridad es un foro en el que debemos avanzar desde el acuerdo».
Pese a que Urkullu ha reconocido en más de una ocasión que Mariano Rajoy ni le hace caso ni le responde en esta materia, aseguró ayer ante la Cámara que, en esta materia y en otras que entrañan desde la invasión competencial hasta la conculcación de derechos, «contamos con mecanismos para resolver estas cuestiones desde el diálogo y la negociación. Vamos a seguir apostando por la relación bilateral por convicción y por eficacia».
Sin consulta
El lehendakari propuso también «actualizar nuestro estatus de autogobierno sobre una base acordada». Lo llamativo es que este paso no se justifica diciendo que existe una mayoría que demanda mayor soberanía, sino porque factores como la crisis, el agotamiento del modelo de Estado, el fin del «chantaje terrorista» y los cambios europeos ofrecen una oportunidad.
Urkullu propone aprovecharla con una ponencia parlamentaria que trabaje en base al principio de pluralidad, «de rigor jurídico» y de «desarrollo de las posibilidades legales y legítimas».
Abogó por buscar un acuerdo en el que todas las partes puedan sentirse satisfechas. Dejó de lado la propuesta incluida en su programa electoral de que lo acordado sea sometido a refrendo de la ciudadanía en 2015. Bueno, no habló de esa fecha, ni de ninguna otra. Ni hizo otras concreciones, alegando que no quería que sus palabras frustraran un posible acuerdo.
El futuro está abierto. Aunque en esta materia, el PSE ya le ha avisado de que les tendrá en frente si decide «sacar del cajón planes soberanistas».
Los portavoces de PNV y EH Bildu, Joseba Egibar y Laura Mintegi, emplearon principalmente el euskara para dirigirse al resto de parlamentarios. Por su parte, el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, apenas uso la lengua vasca.
Los anfiteatros del Parlamento de Gasteiz se llenaron ayer de caras conocidas. Junto a los tres diputados generales, José Luis Bilbao, Martin Garitano y Javier De Andrés, también se pudo ver al presidente del Euzkadi Buru Batzar (EBB), Andoni Ortuzar, y al líder del PSE guipuzcoano, Iñaki Arriola, entre otros. I. SALGADO
Urkullu le recordó a Maneiro que, gracias al acuerdo entre PNV y PSE, el voto de este último perderá peso, ya que no servirá para decantar la balanza a favor de los partidos progresistas o de los conservadores en las plenos del Parlamento de Gasteiz.