Exdirigentes de Gadafi se declaran inocentes en un juicio con Seif al Islam ausente
GARA | TRÍPOLI
Responsables del régimen de Muamar Gadafi se declararon ayer no culpables de la represión de la revuelta de 2011, ante un tribunal de Trípoli, al que no fue conducido Seif al Islam Gadafi, hijo del exdirigente libio. A petición de la defensa la vista se pospuso hasta el 3 de octubre.
Estos exaltos cargos del régimen derrocado se enfrentan a once acusaciones, entre ellas las de asesinato, robo, sabotaje, actos contra la unidad nacional, complicidad en la incitación a la violación, secuestro y dilapidación de bienes públicos. El tribunal tiene el poder de rechazar estas acusaciones, aceptarlas o pedir una investigación complementaria. El proceso podría durar entre uno y varios meses.
El tribunal se reunió entre grandes medidas de seguridad en un complejo penitenciario donde están detenidos la mayor parte de los responsables del antiguo régimen. El juicio se llevó a cabo a puerta cerrada, sin público ni periodistas.
Abdallah al Senusi, que fue responsable de los servicios de inteligencia, y Al Bagdadi al Mahmudi, último primer ministro de Gadafi, figuraban entre los presentes en el banquillo de los acusados, vestidos con el uniforme azul de la prisión. Decenas de familiares de las víctimas de la masacre de la cárcel de Abu Salim en 1996 se concentraron ante el tribunal para reclamar la cabeza de Senussi, acusado de haber dirigido un ejecución en esta prisión que costó la vida a 1.200 presos.
Juicio paralelo
La audiencia estuvo marcada por la ausencia de Seif al Islam, hijo del depuesto líder libio Muamar Gadafi, quien en cambio fue juzgado ante un tribunal tribal después de que la milicia que lo mantenía encarcelado desafiase una orden estatal para entregarlo al Tribunal de Trípoli. A su vez, Trípoli se niega a entregarlo al Tribunal Penal Internacional de La Haya (TPI).
El hijo de Muamar Gadafi estaba retenido en un lugar del desierto desde su captura hace casi dos años por milicianos que le consideran un trofeo y una moneda de cambio para su influencia tribal y que dicen desconfiar del Gobierno. Al ser preguntado si quería ser juzgado en Trípoli, Seif al Islam aseguró que prefería permanecer en Zintan, a 140 kilómetros al suroeste de la capital.
En este proceso, en lugar de ser por crímenes contra la Humanidad como los que se le imputan en Trípoli y La Haya, el hijo de Gadafi está acusado de proporcionar información sensible a un abogado del TPI.