La región autónoma de Kurdistán en Irak elegirá mañana su parlamento entre la tensión política con Bagdad y la sombra de la guerra en la vecina Siria, en un momento en que los kurdos han situado el debate sobre su identidad en primer plano. Casi tres millones de kurdos están llamados a elegir a 111 miembros de la asamblea. Las fuerzas de seguridad, personal de hospitales, enfermos y presos votaron el jueves por adelantado.

Las elecciones enfrentan al Partido Democrático de Kurdistán (PDK), de Masud Barzani, que gobierna la región autónoma con la Unión Democrática de Kurdistán (UDK), a la que pertenece el presidente de Irak, Jalal Talabani (ausente de la escena política tras un ataque cerebral el año pasado). El PDK espera obtener la mayoría, mientras la UDK podría perder votos en favor de la lista opositora Goran («Cambio» en kurdo).

Kurdistán sur es rica en petróleo y quiere construir un oleoducto para enlazar directamente con los mercados extranjeros. Mientras, envía crudo hacia Turquía a través de camiones y ha firmado acuerdos con compañías como Exxon Mobil y Total. Además se beneficia de un desarrollo económico superior a Irak que ofrece un clima mayor de seguridad, para atraer inversiones extranjeras.

Esta situación provoca la ira de Bagdad, que considera que las exportaciones de petróleo por camión constituyen contrabando y que los contratos firmados son nulos e ilegales.

Diez cadáveres

Por otra parte, al menos diez cadáveres no identificados con impactos de bala en la cabeza fueron hallados ayer por la policía iraquí en el este de Bagdad. Fuentes policiales explicaron que las patrullas encontraron diez cuerpos sin identificar de jóvenes de entre 18 y 25 años, con las manos atadas y disparos en la cabeza en la zona de Al Maamel, en el este de la capital iraquí.