José Antonio Sarría -jefe de la patronal navarra y una figura clave en la desaparición de la CAN- aseguró ayer que los empresarios están «profundamente preocupados» por las posibilidades de que UPN sea apeado del poder. A su entender, hay posibilidades de que, en las siguientes elecciones, tome las riendas de Nafarroa «un gobierno anexionista que ponga en peligro el futuro de esta comunidad».

Sarría realizó estas declaraciones tras la constitución de la Mesa del Diálogo Social, una institución de la que están excluidos desde hace años los sindicatos LAB (mayoritario entre el funcionariado) y ELA. En realidad, se trata de un triángulo entre la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN) y los sindicatos UGT y CCOO.

Sarría emplazó directamente a los partidos a «escuchar a los ciudadanos» y dejar de lado «sus intereses personales y de partido». La preocupación del presidente de la CEN es la complicada «situación política», que se suma a la derivada por la crisis: «Los empresarios tienen en Navarra las dificultades de la situación económica y además la enorme preocupación de que el futuro de Navarra como comunidad esté en peligro».

Lo que Sarría reclama es la vuelta al entendimiento entre UPN y PSN, y por eso apeló a que los partidos «hagan todo lo posible para que la Comunidad vaya a mejor». Aseguró que es la patronal la que mejor saben qué es lo que le conviene a Nafarroa, porque «el empresario es un hombre que piensa en el futuro, que apuesta por él, que se arriesga, que arriesga su dinero y su prestigio. Y, por tanto, siempre está mirando más allá, a lo que va a ocurrir en el futuro y le preocupa la situación política que se está viviendo».

Los negocios de Sarría

Además de presidente de la patronal, Sarría fue uno de los elegidos por el exdirector de Caja Navarra Enrique Goñi para formar parte de las Bodegas Sarría, después de que la CAN fuera absorbida por Caixabank. Este empresario fue omnipresente en los órganos de dirección de la extinta Caja. Formó tándem con Barcina dentro de las comisiones de Control y el Comité de Auditoría, llegando a presidir Control durante los últimos años. Junto con José Antonio Sarría fueron designados para dirigir las bodegas el expresidente Miguel Sanz (lo que generó un escándalo debido a que seguía cobrando las cesantías) y Ricardo Martí-Fluxá, el hombre que determinó los pagos en la Permanente sobre los cuáles todavía hay diligencias abiertas.

Entre los presuntos casos de corrupción detectados por Kontuz, uno de los más llamativos fue el que salpicó al hijo de Sarría. Se trata de la compraventa cruzada entre Cajasol y Caja Navarra de dos empresas en pérdidas (Oesia y Guascor), por unas tasaciones que hasta el Banco de España calificó como desmesuradas. Esa operación a día de hoy está siendo investigada por la Audiencia Nacional, puesto que sospecha que se utilizó para camuflar pérdidas.

Precisamente, el hijo de Sarría es uno de los fundadores de la empresa encargada de la tasación de Oesia, Arcano, en la que también está presente Martí-Fluxá, exsecretario de Estado.