Antonio ÁLVAREZ-SOLÍS | Periodista
Nueva carta al Sr. Rajoy
Un diputado de su entorno o cuadrilla, y echo mano del sustantivo como vasco adoptado, el Sr. Ernesto Aguiar, ha dicho que su Gobierno no suprimirá la salvajada del Toro de la Vega porque son los habitantes de Tordesillas quienes deciden sobre la «pervivencia de esta tradición». Se trata, por lo visto, de conservar la democracia en asuntos como la degollina por jinetes armados de un gallo colgado del cuello por una cuerda; como el acto de tirar una cabra desde un campanario; de alancear a un noble toro vestidos los zoomicidas de nobles caballeros, como sucede en la citada villa de Valladolid.
Lo curioso es que las tradiciones vascas de honrar su bandera en las fiestas populares son perseguidas como acto terrorista. Hay españoles, lo sé, a los que incluso les gustaría alancear a algún vasco para celebrar su españolismo. Con Franco se probó este tipo de festejo en la famosa matanza de la plaza de toros en Badajoz, en que docenas de republicanos fueron banderilleados y muertos a estoque. Por lo que se ve, donde no funciona la democracia es en Euskal Herria.
Sr. Rajoy, lo que me preocupa de ustedes, los del PP, no es lo que piensan, porque no está documentado que piensen; lo que me preocupa es su afición a las degollinas. Ya comprenderá que pueden convertir en tradición enviar a los jubilados al Toro de la Vega, sobre todo después de los cuernos programáticos que les han puesto.