EL MOLINÓN
La actitud armera pudo menos que sus errores y el hambre de Scepovic
SPORTING 3
EIBAR 2
GARA | GIJÓN
A puntito estuvo el Eibar de asaltar El Molinón. Y bien que se lo mereció por actitud -por momentos incluso por juego- porque ni el tempranero gol de Scepovic, ni los dos con los que aumentó su cuenta nada más comenzar la segunda parte doblegaron a los armeros. Pero la voracidad del delantero rojiblanco, junto a algún error de bulto de la zaga guipuzcoana, pudieron más que el despliegue de físico y casta del Eibar.
El equipo de Gaizka Garitano enlaza así su tercera jornada sin conseguir la victoria -un punto sobre nueve- y aunque no se haya visto inferior a ninguno de sus rivales en estas tres semanas, que no es poco decir, ve cómo su colchón de puestos y puntos respecto al descenso se reduce inexorablemente.
La reacción debe llegar el próximo domingo ante un Alcorcón que no es el Sporting, pero ante el que los azulgranas tampoco deben realizar concesiones como la que originó el primer gol en el Molinón, cuando apenas habían transcurrido cinco minutos de partido. Mérito de Barrera, Isma López y Scepovic, que dibujaron una excelente acción, pero también demérito de los centrales eibarreses, que permitieron al pitxitxi de la categoría llegar solo a cabecear el balón. La desventaja condenó al Eibar a sufrir a lo largo de todo el primer tiempo. Buscaron la portería de su excompañero Iván Cuéllar, con más ganas que resultado, lo que incomodó por momentos al Sporting, pero cada pérdida de balón amenazó con tragedia, teniendo en cuenta la velocidad y calidad de los atacantes locales.
Pero el Eibar no se resignó a temblar en su área y el fútbol le recompensó a un minuto del descanso con una gran acción de Yuri por la izquierda que Capa convirtió en el primer gol visitante de la temporada en el Molinón.
Cambiaba el panorama del partido y lo confirmó el inicio de la reanudación, con el Eibar dispuesto a asestar el golpe definitivo. Lamentablemente, solo habían pasado cinco minutos cuando Yuri cometía un penalti inocente sobre Barrera, con el que Scepovic volvió a adelantar a los suyos. Peor aún, repitió casi de inmediato al culminar una buena jugada con los mismos protagonistas del primer gol.
Ni aún así se rindieron los azulgranas, que amagaron con una acción de Morales y un chutazo de Capa, que también pudieron encajar la puntilla -sobre todo en un contragolpe que, tras el error de Albentosa, Carmona remató fuera por poco-, pero que condenaron al Sporting a sufrir de lo lindo. Sobre todo desde que Urko Vera, en un saque de esquina con una sucesión de remates y rechaces, anotase el 3-2. A los asturianos les entró el miedo, los armeros afilaron los colmillos y el empate dejó de parecer una utopía. El propio Urko Vera estuvo a punto de firmarlo con un disparo que Cuéllar despejó in extremis junto al larguero. La cuerda del Eibar no se había acabado pero el tiempo, lamentablemente, sí lo hizo.