Al menos 54 personas murieron y varias decenas resultaron heridas en una cadena de catorce atentados con coche bomba perpetrados de forma coordinada en distritos de mayoría chií en Bagdad.

El ataque más grave tuvo lugar en el barrio de Ciudad Sadr, donde un hombre aparcó un vehículo blanco cargado con explosivos cerca de una plaza en la que había una reunión de trabajadores. El vehículo estalló poco después y acabó con la vida de siete personas, dos de ellos militares. «El conductor dijo que lo movería pronto pero el coche explotó unos pocos minutos después», explicó Abu Mohamed, un trabajador que se encontraba en el lugar del atentado. Las imágenes tomadas por la prensa mostraban los restos de un vehículo partido en dos y rodeado por taxis y restos de metal derretidos.

Los catorce vehículos bomba explotaron por la mañana en varias zonas con población de mayoría chií en la capital iraquí, aunque también en dos barrios de mayoría suní.

La cadena de ataques de ayer se produjo un día después de que un kamikaze hiciera detonar su carga y matara a 47 personas que participaban en un funeral en una mezquita en la localidad de Mussayab, a unos 60 kilómetros al sur de Bagdad.

Según el Centro de Recuento de Irak, más de 6.000 personas han muerto víctimas de la violencia en Irak durante este año y los últimos ataques han hecho de setiembre uno de los meses más sangrientos de 2013, con 870 muertos. Las cifras de víctimas se acercan al nivel de violencia de 2008, cuando el país salía de una casi guerra civil confesional que devastó el país tras la invasión estadounidense de 2003.